Por: Ruy Alonso Rebolledo
En teoría, la tecnología tiene un elevado potencial para hacernos la vida más fácil y poder disfrutar de una mayor calidad de vida. La tecnología busca cubrir nuestras necesidades, por medio de la adaptación de objetos y maquinas con los seres humanos. La tecnología puede desarrollar productos realmente interesantes e impresionantes, siempre buscando seguir inovando.
La tecnología presenta grandes beneficios para la sociedad actual y cada vez es más palpable como el desarrollo de la tecnología desplaza a los seres humanos en tareas o trabajos, con la llamada automatización.
Esta es una era en la que muchas de las acciones y decisiones diarias están definidas por la evolución exponencial de la tecnología, la robótica y la inteligencia artificial (AI) han recorrido un largo camino poco tiempo. Desde el debut del primer robot digital y programable en 1961, los robots comerciales e industriales son ampliamente utilizados para eliminar tareas repetitivas y facilitar nuestras vidas. Los robots pueden realizar operaciones quirúrgicas, construir coches, mover existencias en almacenes, verificar que en su hotel y le sirven bebidas. Y pueden hacerlo de manera rápida y eficiente.
El miedo de ser reemplazado por una máquina comienza con la consolidación de las industrias, a principios del siglo XIX, cuando los trabajadores se organizaron para acabar con las máquinas, consideradas responsables de los despidos y malos salarios. Un informe publicado por el Centro de investigaciones Pew Research Center que recoge las opiniones de 1,800 académicos y expertos en la industria, el trabajo y las nuevas tecnologías, en torno a la Inteligencia Artificial y la robótica.
Muchos consideran que para el 2025 los robots ocuparán el muchos puestos de trabajo .El impacto que tendrá en la sociedad ha generado opiniones bien distintas. Una parte de los expertos considera que las máquinas acapararán la mayoría de los trabajos para el 2025, y no sólo los manuales; mientras que la otra mitad cree que los robots ayudarán a crear más empleos de los que quitará.
Sea como fuere siempre, la tecnología seguirá jugando un papel importante en el desarrollo de las economías, enfocándose particularmente en el aumento de la productividad o en el campo de la medicina.
Pero el ritmo en el que se logran los avances en la tecnología también crea nuevos riesgos, mismos que se pueden que se pueden incrementar en un contexto de tensiones geopolíticas, nacionalismo exacerbado, y desestabilidad social.
El 2016 fue escenario de ciberataques de alto perfil, con objetivos que fueron desde la interrupción de la infraestructura crítica hasta incidir en las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Estos hechos aumentaron la atención en torno a la necesidad de medidas más estrictas de seguridad y gobernanza en el dominio público.
Los avances tecnológicos también han facilitado un importante aumento del espionaje industrial, que podría crecer aún más en una era de uso patrocinado por el Estado de la tecnología cibernética. Mientras tanto, especialistas en el tema no retiran el dedo del renglón sobre una futura carrera armamentista usando a la IA y a la robótica por parte de estados o terroristas y el alcance de la pirata de sistemas satelitales globales, según un artículo del Foro Económico Mundial.
Una de las soluciones que se han implementado es la regulación de los flujos de datos transfronterizos, en gran medida por la intervención gubernamental. En este apartado encontramos esfuerzos para la protección de datos de los consumidores.
Otras iniciativas están dirigidas a la protección estatal, impulsadas por preocupaciones de seguridad en los datos de las naciones. Estas medidas suponen políticas que buscan la protección, e incluyen censura, vigilancia y la localización de datos. China, por ejemplo, se ha unido a Rusia en el endurecimiento de los requisitos impuestos a las empresas extranjeras para almacenar información dentro de las fronteras nacionales, según el artículo del Foro Económico Mundial.
La innovación tecnológica está transformando la manera en que las empresas y las naciones hacen las cosas. Para aprovechar las oportunidades que presenta, los líderes deben comprender mejor la profundidad y el alcance de los desafíos interrelacionados que se avecinan y desarrollar planes para abordarlos.
Vía: El Economista