Por José Yuste

El riesgo era muy elevado. El derecho de audiencias es necesario en una sociedad moderna, pero lo que no era deseable es que en su búsqueda pudiera trastocarse la forma de operar y los contenidos de los medios tradicionales como radio y TV, al grado de dejarlos en gran desventaja frente al internet o los programas extranjeros que llegarían sin ninguna regulación.

Esta parte de diferenciar opinión de información, o patrocinios de información, se hacía muy compleja. Una cuestión es leer la información, otra opinar y otra dar un anuncio publicitario o político: la audiencia lo percibe perfectamente, no son niños de primaria.

EL PROBLEMA DE TRAERLO EN LA LEY DE TELECOM

Debemos decir que el IFT no tuvo toda la responsabilidad de este problemón. El Instituto Federal de Telecomunicaciones, presidido por Gabriel Contreras, tenía que aprobar unos Lineamientos del Derecho de Audiencia, porque así se lo dictaba la nueva Ley Federal de Telecomunicaciones.

Hay quien le quiere echar la culpa a Contreras, Labardini, Estavillo, Fromow, Estrada, Juárez o hasta a Cuevas (quien fue el único que hizo votos diferenciados). Lo cierto: el IFT respondía a una ley mal diseñada en este punto, con excesos al tratar de definir “información veraz y oportuna” (¿quién va a definir lo que es veraz y oportuno, y lo peor cobrar hasta el 3% de ingresos de la estación de radio y TV por no hacerlo bien?

En los hechos, la nueva regulación sólo podía convertirse en una regulación de contenidos nada deseable.

LA DEL PRESIDENTE, CONTRA LA LEY; CIRT MÁS TRANQUILA

Para resolver este problema viene la controversia constitucional del presidente Peña Nieto en contra del Congreso que redactó la propia Ley Federal de Telecomunicaciones, que se excede en ocho artículos. Este fue el problema inicial: los legisladores se excedieron en estos artículos, que le daban al Instituto Federal de Telecomunicaciones atribuciones que no le corresponden.

Humberto Castillejos, titular de la Consejería Jurídica de Presidencia, comentó que los Lineamientos del IFT sí ponían en riesgo la operación y contenidos de los programas de radio y TV.

La CIRT, la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión, recibió con beneplácito la controversia presidencial, porque considera que los Lineamientos de Derecho de Audiencia dejaban en la indefensión a la industria.

Edgar Pereda, presidente de la CIRT, considera que la controversia constitucional de la Presidencia permitirá preservar la libertad de expresión.

EL SENADO, CONTRA LINEAMIENTOS

La otra controversia constitucional en contra de los Lineamientos de Derecho de Audiencia, fue la del Senado.

El Senado ya no fue en contra de la ley, sino de los propios Lineamientos de Derecho de Audiencia del IFT. El senador Pablo Escudero esgrimía que estaba en riesgo la regulación de contenidos y la libertad de expresión.

IFT, QUE SEA LA CORTE

A todo ello, el IFT tomó bien las dos controversias, e incluso aplaudió que sean los canales institucionales los que definan las atribuciones de cada quien. Será la Suprema Corte de Justicia de la Nación la que lo termine definiendo.

El riesgo fue enorme: Siempre será mejor no regular a tratar de regular contenidos por una buena intención, pues es fácil resbalarse y afectar la libertad de expresión.

 

Vía: Excelsior

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