Invierte 100 millones de dólares en ‘hackear’ el cerebro humano

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Por: Redacción

El objetivo es avanzar en la investigación del cerebro y de las posibilidades que supondría implantar chips informáticos cerebrales.

Brian Johnson, un emprendedor tecnológico de Estados Unidos, ha creado Kernel, una ‘startup’ especializada en neurociencia que aspira a extender la utilización de dispositivos electrónicos en el cerebro humano, tanto para enfermos neurológicos como para personas sanas.

El objetivo de la compañía, en la que Johnson ha realizado una inversión de 100 millones de dólares, es avanzar en la investigación del cerebro y de las posibilidades que supondría implantar chips informáticos cerebrales, llegando incluso a preservar el deterioro cognitivo asociado a la edad o mejorando las capacidades naturales.

Para avanzar en la investigación, Kernel ha adquirido recientemente Kendall Research Systems, una compañía asociada al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) que se especializa en diseñar dispositivos neuronales para implantar en experimentos clínicos, fichando también a varios de sus miembros, entre ellos su fundador, Christian Wentz.

Kernel, que publicó un vídeo de presentación el verano pasado, aún no ha presentado ningún proyecto y está lejos de alcanzar su objetivo. Los expertos advierten que el escaso conocimiento científico acerca del cerebro podría dificultar enormemente los avances perseguidos por la compañía.

Con la creación de Kernel, Johnson se convierte en uno de los primeros empresarios de Silicon Valley que decide apostar con una fuerte inversión en el sector de la neurociencia. Johnson alcanzó fama y fortuna entre las empresas tecnológicas gracias a la venta del sistema de pago Braintree a Paypal, por el que recaudó 800 millones de dólares en 2013.

A pesar del optimismo de Johnson, algunos expertos en neurociencia son escépticos con respecto a las intenciones de Kernel. “Los códigos y los algoritmos del cerebro aún son un misterio”, ha afirmado Blake Richards, neurocientífico y profesor de la Universidad de Toronto, en declaraciones a The Verge.

“La gente solo va a estar receptiva a la idea de un implante si necesita ayuda para una grave situación médica. La mayor parte de las personas sanas no se siente cómoda con la idea de que un doctor les abra el cráneo”, ha comentado Richards en referencia a la necesidad de intervención quirúrgica para cualquier tipo de proceso.

Vía: Excelsior

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