México digitalizado

Instituto Federal de Telecomunicaciones Noticias Tecnología

Por Alberto Aguirre M.

El desarrollo tecnológico, para los mexicanos, está más vinculado con los gadgets que con la conectividad, según se desprende de la encuesta nacional sobre la sociedad de la información generada por un equipo académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, encabezado por la doctora Issa Luna Pla.

Hay una gran disparidad en la percepción sobre el acceso a la tecnología y el hecho real de hacer el máximo uso de los medios y las herramientas. Las palabras que más se asocian con este concepto son “celulares, computadoras y televisiones”, mientras que pocos aluden a “empleo, conexión, conocimiento, futuro o cambio”.

Ese estudio demuestra que muchos mexicanos no reconocen los beneficios tecnológicos de las reformas estructurales. Y entre las causas probables de esta percepción está la imposibilidad de ejercer esos derechos. En el país, las líneas terrestres para conectar Internet alcanzan sólo a 50% de los domicilios ubicados en las zonas urbanas y esta cobertura se reduce a 25% en las zonas rurales.

México es el segundo mercado móvil más grande de América Latina, con 104 millones de conexiones móviles totales y 89 millones de suscriptores móviles únicos que representan 69% de la población. En los últimos años la tasa de crecimiento de suscriptores ha sido moderada, ubicando a México en un nivel de penetración comparable con el de Brasil, pero menor que el de otros mercados de América Latina, tales como Chile (93%), Uruguay (92%) y Argentina (91 por ciento).

Hace dos meses el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados recopiló información sobre el uso de las redes sociales en México que va en contra de los esfuerzos de políticos y funcionarios públicos por utilizar esas plataformas digitales para hacer llegar sus mensajes a la población.

De acuerdo con esa medición telefónica, sólo una tercera parte de los encuestados conoce o ha oído hablar de alguna institución de gobierno que tenga cuenta en alguna red social, mientras que 60% de los entrevistados respondió que no está enterado.

El Global Information Technology Report de la Universidad de Cornell indica que México ha mostrado un rezago en los impactos sociales en telecomunicaciones debido a la regulación y legalidad en el sistema.

El estudio contempla 53 indicadores en las áreas de desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) de 139 países y enfatiza la importancia de Internet para el progreso social, por lo que exhorta a las economías mundiales a trabajar con políticas de inversión que prioricen las tecnologías de la información.

Aproximadamente 63% de la población mundial no tiene acceso a Internet. Esto provoca un efecto negativo en el resto de la población, ya que queda excluido de oportunidades económicas, laborales y hasta sociales, afectando así al desarrollo económico de un país.

Sin embargo, no siempre los países que tienen el mayor porcentaje de usuarios de Internet tienen el mayor porcentaje de hogares conectados.

De acuerdo con la Cepal, con datos del UIT de 2014-2015, en América Latina, particularmente en los países de menores recursos, los lugares de acceso como un café Internet son las únicas alternativas para que los usuarios accedan a la red.

Junto con la reforma en telecomunicaciones, México ha permitido que la penetración de la banda ancha llegue a seis de cada 10 habitantes. Venezuela, Uruguay, Chile y Argentina tienen acceso mayor. Ahora mismo, los principales actores del sector de las telecomunicaciones discuten los retos de la implementación de la Red Compartida mayorista, la joya de la corona en el sector, en lo que resta del sexenio.

El éxito de la reforma de telecomunicaciones debería medirse bajo parámetros como la capacidad de conectividad y la incidencia de las TIC en los distintos planos de la vida cotidiana —ya sean los servicios a la salud, la calidad de la educación o el combate a la pobreza— y las actividades económicas de los ciudadanos.

La reforma en telecomunicaciones incluyó la creación de un nuevo regulador autónomo, quien, además de tener por objeto el desarrollo eficiente de la radiodifusión y las telecomunicaciones, será también autoridad en materia de competencia económica de dichos sectores.

Al órgano regulador se estableció la obligación de determinar la existencia de agentes económicos preponderantes, imponiéndoles las medidas necesarias para evitar que se afecte la competencia y con ello a los usuarios finales.

Pero el IFT determinó que América Móvil así como sus subsidiarias concesionarias de servicios de telecomunicaciones, incluida Telcel, constituyen un agente económico preponderante, estableciendo regulaciones específicas, tales como (en el caso de Telcel) la imposibilidad de cobro por servicios de terminación móvil y de SMS, compartición de infraestructura pasiva, acceso a OMV y prestación de servicios de roaming nacional mayorista, todas ellas con el objetivo de crear un entorno más favorable para la competencia.

Hace unas semanas, la FCC en Estados Unidos ganó la batalla para garantizar el acceso a Internet a gran velocidad y considerarlo un servicio básico, como la electricidad, el agua o la telefonía, y garantizar que los proveedores no limiten su velocidad.

vía El Economista

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