Por Mónica Aspe Bernal
Lograr la equidad de género en el mundo digital deber ser una prioridad para los gobiernos y la sociedad
En los inicios del Siglo XIX, una mejor sentó las bases de la computación, disciplina actualmente dominada por los hombres. Ada Lovelace, considerada la primera programadora de la historia, adelantó que la computación detonaría la revolución digital de nuestros tiempos. Veremos cómo se ha concretado su visión de un nuevo lenguaje al servicio de la humanidad.
Hoy, Internet cuenta con más de 3 mil millones de usuarios. Sin embargo, aún persisten importantes desigualdades: 4 mil millones de personas, mayoritariamente mujeres, permanecen desconectadas. La brecha digital y la iniquidad de género en el acceso a las nuevas tecnologías ensombrecen la visión incluyente de Lovelace.
Las diferencias de ingreso entre hombres y mujeres y la permanencia de estereotipos culturales contribuyen a esta disparidad. El reporte “Mujeres conectadas 2015”, un estudio de la asociación global de la industria de comunicaciones móviles (la GSMA, por sus siglas en inglés), explica que para las mujeres el costo representa el principal obstáculo al acceso a las nuevas tecnologías, ya que sus ingresos son inferiores a los de los hombres, como lo es su participación en las decisiones de gasto de los hogares.
En cuanto a la brecha de género en el ámbito laboral, en México solamente una de cada 5 personas que trabajan en la industria de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) es mujer. Este proceso de exclusión inicia desde el sistema educativo, donde sólo 3 estudiantes de cada 10 en carreras técnicas, licenciaturas e ingenierías vinculadas a esta industria son mujeres.
Afortunadamente, en años recientes la equidad de género en el mundo digital se ha convertido en una prioridad para los gobiernos la sociedad civil organizada. La ONU ha destacado la importancia del reto, al declarar el cuarto jueves de abril de cada año como el Día de las niñas en las TIC.
En el caso de México, la reforma de telecomunicaciones, una iniciativa progresista impulsada por el Presidente Enrique Peña Nieto, reconoce el acceso a Internet como un factor de equidad y establece medidas tendientes a abatir la brecha digital. En este marco, el gobierno desarrolla políticas públicas para el acceso equitativo a las tecnologías.
El proyecto México Conectado contribuye a contrarrestar la diferencia en ingresos como una barrera para lograr el acceso a las TIC, al ofrecer conexión gratuita a Internet en miles de sitios públicos en todo el país. Tan sólo en 2015, nos dice el INEGI que 13.5 millones de personas se conectaron gratuitamente en un sitio público en México.
La red de centros de inclusión digital “Puntos México Conectado”, otro proyecto de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) con presencia en todos los estados, ofrece capacitación para el desarrollo de habilidades digitales. De los casi 200 mil socios registrados al día de hoy, el 56 por ciento son mujeres. Además para fomentar la participación de las niñas en la robótica, se ofrecen cursos exclusivos para ellas.
Por otro lado, el Programa para la Transición a la Televisión Digital Terrestre (TDT), que concluyó en diciembre 2015, favoreció con la entrega de televisores digitales a las mujeres inscritas en los programas de la Secretaría de Desarrollo Social. El 88 por ciento de la población beneficiada son mujeres.
Estas historias son muestra de que las nuevas condiciones establecidas por la reforma de telecomunicaciones son propicias para construir una sociedad más equitativa en el acceso a las tecnologías clave para el desarrollo. Con el ejemplo de Ada Lovelace, sigamos trabajando por la inclusión digital y la equidad de género, dos de los más importantes retos para México en el siglo XXI.
La aurora es subsecretaria de Comunicaciones de la SCT.
vía Especialistas