Por Roberto García Requena
Ya habíamos anticipado en este espacio la posibilidad de que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) suspendiera la licitación de la banda de 2.5 GHz, apta para servicios móviles.
Pues dicho y hecho. La semana pasada el IFT anunció la postergación de esta licitación. Esto es coincidente con el hecho de que la SCT ha retrasado tres veces el proceso licitatorio de la red compartida en telecomunicaciones. Lo último que dijeron la SCT y el IFT es que la licitación de la red se aplazaba seis semanas a fin de que los participantes terminen de cerrar sus compromisos de financiamiento.
Es cierto que la economía mundial no está en un buen momento. Hay mucha incertidumbre en los mercados, el precio del petróleo no se recupera, y es probable que la Fed de Estados Unidos aumente tasas de interés en septiembre. La contienda presidencial, también en ese país, ha provocado una especie de impasse a inversionistas en todo el mundo.
Y ya ni que decir de la depreciación que ha sufrido nuestra moneda de 2014 (año en el que la Constitución Política señaló para la instalación de la red compartida), a la fecha. Al estar todos los fierros e insumos de la red cotizados en dólares, el costo de la misma se ha incrementado sustancialmente. Alrededor de 30 por ciento ha perdido el peso frente al dólar en este lapso.
Con un costo estimado en 7 mil millones de dólares, la red compartida sigue siendo el gran enigma de la reforma en telecomunicaciones. El gobierno federal ha dado todas las facilidades a los potenciales participantes para la concreción de este proyecto. De entrada, la Secretaría de Hacienda les concedió un descuento del 90 por ciento en el pago de derechos de la banda de 700 MHz. Este regalo significa alrededor de 2,600 mdp anuales durante la vida de la concesión.
Hay que recordar que esta red sólo le puede prestar servicios a los operadores móviles (Telefónica, Telcel, y ATT). La red compartida no puede ofrecer capacidad al usuario final. Por lo tanto, en la medida que estos tres concesionarios no satisfagan sus necesidades de espectro, tendrán que arrendar capacidad de la red.
Al suspender el IFT la licitación de la banda de 2.5 GHz, Telefónica, Telcel, y ATT no podrán adquirir espectro adicional para cubrir la creciente demanda de servicios por parte de sus clientes. ¿A qué obligas a estos concesionarios? Pues a comprar capacidad de la red compartida. Eso es lo que están midiendo las autoridades y de ello depende el éxito del proyecto. El gran negocio se hará a expensas de los tres operadores móviles establecidos.
Habrá que ver lo que sucede en las próximas semanas, pero la suspensión de la licitación de la banda de 2.5 GHz es un indicador más de que el gobierno le da la mayor de las prioridades a la red compartida. Sin embargo, ésta lleva dos años de retraso.
vía Razón