Por Maricarmen Cortés
Ninguna empresa puede tratar de impedir el derecho de un consumidor a defenderse y ser defendido por la autoridad.
Ahora sí que autogol de Jorge Vergara, porque pretende que la Ley Federal de Protección al Consumidor no aplique a los usuarios de Chivas TV, lo que, además de ser ilegal, es totalmente absurdo, porque ninguna empresa puede imponer contratos leoninos a sus usuarios ni impedir que estén protegidos por la Profeco.
Vergara, molesto porque Ernesto Nemer, titular de la Profeco inició una investigación de oficio tras las quejas de muchos consumidores por la falla del primer partido transmitido por Chivas TV, decidió modificar las condiciones de la plataforma de usuarios de Chivas TV y pretende que renuncien a su derecho de recurrir a un tribunal para ejercer o defender sus derechos como consumidor.
Desde luego, Ernesto Nemer no se quedó de brazos cruzados ante tal atrocidad, porque ninguna empresa puede tratar de impedir el derecho de un consumidor a defenderse y ser defendido por la autoridad con cláusulas tan burdamente abusivas. De inmediato se envió un oficio a la empresa y las sanciones a Chivas TV podrían ascender a 7.8 millones de pesos, que es el máximo que permite la ley en caso de reincidencia y, desde luego, tendrá que eliminar la cláusula abusiva del contrato.
La Ley Federal de Protección al Consumidor establece, en su artículo 90, la nulidad de cualquier cláusula que pretenda obligar al consumidor a que renuncie a su derecho de defenderse.
Además, Carlos Ponce, subprocurador de Telecomunicaciones de la Profeco, inició una revisión de los contratos de todas las empresas que ofrecen servicios de televisión por internet o streaming para garantizar que se respeten los derechos de los consumidores.
Y el IFT, que encabeza Gabriel Contreras, debería también sacar las antenas y revisar la calidad del servicio, no sólo en el caso de Chivas TV que, según dicen, es muy deficiente, sino de otras plataformas de video en línea.
BAJA BOFAML, A 1.9% META DEL PIB
Ahora sí que triple pácatelas. Carlos Capistrán, economista en jefe para México de Bank of America Merrill Lynch, bajó la meta de crecimiento del PIB a 1.9% frente a la meta anterior de 2.3 por ciento. Es el primer analista que anticipa que el PIB en México crecerá este año abajo de 2%, superando el 2.1% de Banamex, que era, hasta ahora, el más negativo.
Y la peor noticia es que también baja su pronóstico de crecimiento para 2017, el 5º año de gobierno de Peña
Nieto, a sólo 2.1%, con lo que anticipa que la economía seguirá prácticamente estancada este año y el próximo, pese a las reformas estructurales que, supuestamente, nos permitirían crecer por arriba de 3.5 por ciento.
Entre sus argumentos están no sólo factores externos sino también domésticos, como desaceleración de la economía en el primer semestre, la contracción de todos los componentes del lado de la demanda, la contracción de las exportaciones y del gasto del gobierno, así como la baja de las inversiones.
En cuanto a los factores externos, están menores precios petroleros, el freno a las inversiones por la incertidumbre electoral en Estados Unidos, la debilidad del sector manufacturero y la reducción en la expectativa de crecimiento del PIB en Estados Unidos en 0.2 puntos porcentuales para los próximos seis trimestres, en una tasa de 1.8% este año y el próximo.
AEROMÉXICO, COMO PILATOS ANTE BOLETOS BENEFICIO
Aeroméxico, que dirige Andrés Conesa, auténticamente se está lavando las manos ante la problemática que viven cerca de 200 pasajeros que están varados en el aeropuerto de Madrid porque tienen boletos llamados “beneficio”, que claramente estipulan que están sujetos a espacio.
Ante la molestia de los pasajeros, algunos de los cuales tienen más de dos semanas esperando espacio, la empresa emitió un comunicado en el que señala que Aeroméxico no comercializa estos boletos sujetos a espacio, que son una prestación laboral que se otorga a los trabajadores de la aerolínea.
El problema es que los trabajadores sí venden estos boletos a un precio muy atractivo a terceros, que son los que se encuentran de lo más enojados porque ahora exigen subirse a un avión, a pesar de que estamos en temporada alta.
Aeroméxico no debería actuar como Pilatos porque estos problemas sí afectan su imagen y porque debería imponer algún límite o control a estos boletos-beneficios, como impedir su venta a terceros y restringirlos al mínimo en temporada alta.
vía Dinero en Imagen