Por Ernesto Piedras
La semana pasada se dio a conocer una evaluación al proceso de transición a la Televisión Digital Terrestre (TDT) desde la oficina del comisionado Adolfo Cuevas del Instituto Federal de Telecomunicaciones. El análisis concluye en términos simples que el programa de política pública para migrar a la señal de televisión digital resultó ineficiente e ineficaz para minimizar el porcentaje de hogares afectados por el proceso.
Uno de los principales hallazgos del análisis del comisionado es que la afectación de hogares que no lograron transitar a la TDT, ya sea por no contar con el dispositivo receptor o con cobertura de la señal, asciende a 22% del total en el país. Ello propiciado por la ineficaz política TDT en dos escenarios: derivado de la entrega de televisores por parte de la SCT a hogares que no contaban con la señal de TV y de aquellos que ya tenían previamente un equipo receptor de la señal TDT (TV de paga y/o decodificados y/o TV digital).
Cabe recordar que estimaciones previas realizadas en este espacio anticipaban una afectación aproximada de uno de cada cinco mexicanos o 24.8 millones, cifra que se asemeja a la recién publicada por el comisionado del IFT. El apagón analógico llevado a cabo en la ciudad de Monterrey en octubre del año pasado ya evidenciaba síntomas de una política pública bien intencionada, pero que, al ser mal planeada y ejecutada, conduciría a una afectación elevada de la población.
Esta situación preocupa desde una índole social, puesto que se trata de una demanda poblacional que aún no cuenta con los medios tecnológicos para recibir la nueva señal de televisión.
Desde una óptica de segmentación social, la política de TDT, que consistía en la entrega de televisores digitales a hogares inscritos en los programas de la Sedesol, no se enfocó en aquellos hogares en los deciles de ingreso más bajos. De acuerdo con la evaluación del comisionado Cuevas, esos programas no atienden exclusivamente a los deciles de menor ingreso, por lo que la afectación en éstos resulta superior a la métrica nacional. Por ejemplo, igual a 27% en el primer decil, 35% en el segundo y una proporción similar en el tercero, frente al promedio general de 22 por ciento.
Amerita reconocer el ejercicio cuantitativo y analítico del comisionado que puntualiza y condensa señalamientos de analistas, generadores de contenidos y otros agentes de la industria previos a la conclusión del proceso de transición a la TDT que pronosticaban una insuficiencia de la política pública para alcanzar una cobertura y recepción generalizada de la señal digital.
Es un hecho que el apagón analógico se realizó sin contar un estudio previo que avalara que la población ya recibiera efectivamente la TDT, por lo que esta evaluación posterior desvela la necesidad de diseñar mecanismos adicionales y efectivos para facilitar el acceso a la población afectada. A su vez, constituye una lección para la política pública que, al sujetarse a un cumplimiento ineludible de plazos, resultó ineficaz para alcanzar una cobertura efectiva de la TDT.
Es razonable prorrogar una política pública que da evidencia de haber privado a un elevado número de individuos y hogares de un servicio que satisface el derecho de acceso a la información, a la educación y a la cultura para un porcentaje mayoritario de la población, especialmente en segmentos de la población en la base de la pirámide social.
vía El Economista