Por Gerardo Soria
Hace unos días, casi a escondidas para que nadie se enterara, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) subió a un rincón de su página de Internet el informe trimestral de cumplimiento por parte de Telmex y Telcel a las medidas de preponderancia durante los meses de abril a junio del 2016. Sin embargo, a pesar de la falta de publicidad que el instituto ha dado a este reporte, debo reconocer que este nuevo informe implica una mejora sustancial respecto de los anteriores. Ahora sí vemos metodología, procesos, cifras, y no sólo palabras huecas sobre el cumplimiento “documental” de Telmex y Telcel.
Entiendo el porqué del sigilo con el que el IFT cumplió con la obligación legal de elaborar y publicar este informe, pues la verdad no los deja nada bien parados. En pocas palabras, se puede concluir que sus medidas de preponderancia han resultado ineficientes. Si se lee con atención, el informe es demoledor y podemos resumirlo en que prácticamente ninguno de los competidores importantes de Telmex-Telcel ha aprovechado la regulación asimétrica. En mi opinión, esto es atribuible a los altos precios de los servicios, capacidad e infraestructura ofrecidos por Telmex-Telcel y al mal diseño de las ofertas de referencia aprobadas por el IFT.
En una conclusión desafortunada, el IFT dice que ni Telmex ni Telcel se han negado expresamente a atender a ningún operador, y, por lo tanto, cumplen con la ley y la regulación. Pero ¿de verdad son tan ingenuos para pensar que Telmex o Telcel manifestarían una negativa expresa? Por favor, seamos serios. Es verdaderamente preocupante que el órgano regulador no entienda el modo de actuar de los operadores dominantes en todo el mundo. Nunca se niegan de manera expresa, simplemente retrasan las respuestas lo más posible y, cuando ya no pueden hacerlo, ponen pretextos supuestamente técnicos para seguir retrasando la interconexión o los servicios e infraestructura que se les requieren. Esto es lo que viven los competidores todos los días.
En el mismo sentido, como si fuera un dato menor cuando en realidad debería preocuparlos y ocuparlos, el IFT señala que si bien los concesionarios competidores habían suscrito convenios con Telmex-Telcel relacionados con las medidas de preponderancia, aquellos decidieron cancelarlos por considerar que no existían mejoras o beneficios para la prestación de sus servicios.
Por lo que hace a la oferta de referencia de servicios mayoristas de usuario visitante, mejor conocido como roaming nacional, ningún concesionario competidor ha celebrado contrato alguno con Telcel, debido a los altos precios y las deficiencias técnicas de la oferta aprobada por el IFT.
Respecto del uso de la infraestructura pasiva del agente preponderante, de las más de 10,000 torres con las que éste cuenta, el IFT reporta que AT&T le ha solicitado 244 sitios y Telefónica 24. Si esto no es un escandaloso fracaso de la oferta aprobada por el IFT, entonces no sabría cómo llamarlo. Se trata de una prueba más de que las medidas asimétricas impuestas por el IFT no han servido para nada, lo que explica que la participación de mercado de los operadores se mantenga prácticamente sin cambio.
Y mejor ni hablemos de los postes de Telmex, a quien el IFT le autorizó un precio del doble de los derechos que se pagan por utilizar los postes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Al igual que en el caso del roaming nacional, ningún competidor importante ha hecho uso de la desagregación de la red local de Telmex a pesar de estar en vigor desde el 1 de enero de este año, y la razón es la misma: altos precios y deficiencias en la oferta aprobada por el IFT. En este espacio hemos insistido sobre la práctica constante del IFT de beneficiar al agente preponderante en telecomunicaciones con el ánimo de diluir las obligaciones de preponderancia impuestas en la ley. El hecho de que los competidores no encuentren incentivo alguno para hacer uso de las ofertas aprobadas por el IFT es prueba fehaciente de ello.
vía El Economista