Por Verónica Baz
Esta semana arrancó Imagen Televisión, la nueva cadena de televisión abierta privada nacional. Fue una noticia positiva por los nuevos espacios que se abrirán y por las personas talentosas a las que ahora veremos más. Pero, ¿quiere esto decir que la televisión abierta tendrá mejores contenidos? La respuesta es no necesariamente.
La teoría nos dice que, si hay un monopolio, éste tenderá a ofrecer productos de mala calidad a un precio alto, porque el consumidor no tiene otra opción. Así, la competencia sirve para que las empresas se vean obligados a mejorar su calidad y bajar sus precios o desaparecer. Esto ha sido cierto en miles de industrias. ¿Cómo sería México si solo hubiera una marca de coches, una sola cadena de café o un solo proveedor de telefonía?
Pero esto no garantiza que más jugadores lleven siempre a una mejora en calidad. Esto ocurre a veces porque más jugadores pueden estar en colusión o ponerse de acuerdo para no mejorar servicios o no bajar precios. Por ejemplo, México tiene muchos bancos y no precisamente goza de los mejores, o más baratos, servicios financieros. En otras industrias, una creciente competencia lleva a los jugadores a crear sus propios sistemas y estándares, distintos a los de las otras empresas, generando así “silos” tecnológicos. Un claro ejemplo de esto es la incompatibilidad actual entre smartphones.
Hay casos donde una mayor competencia baja la calidad para todos, porque los jugadores compiten sobre de la base de servicios o productos cada vez más baratos, reduciendo la calidad. Por ejemplo, el surgimiento de nuevas opciones educativas puede hacer que universidades con una alta calidad tengan que reducir esta última para poder seguir compitiendo. En otros casos, más competencia genera incentivos al comportamiento poco ético por parte de las empresas: dado que la lealtad de los consumidores es nula entre tantas opciones similares a su disposición, las empresas tuercen las reglas. Por ejemplo, ofreciendo bebidas alcohólicas o vendiendo cigarros a menores de edad.
Con respecto a si mas competencia mejorará, por ejemplo la calidad de los noticieros, la moneda está aún en el aire. Lo que si sabemos es que la competencia de las televisoras en México, cada vez será por un público más chico. En el caso de los canales de televisión, hoy la televisión abierta enfrenta un nivel de competencia nunca antes vista.
En la Primer Encuesta de 2016 entre Usuarios de Servicios de Telecomunicaciones, llevada a cabo por el IFT, se aprecia que aún hay un amplio campo de batalla en la televisión abierta. El 56 por ciento de los mexicanos solo tiene TV abierta, 29 por ciento solo TV de paga y 14 por ciento cuenta con ambas. Hoy solo 7 por ciento tiene contratada una cuenta en servicios como Netflix, Claro Video, Apple TV, etc. Pero este 7 por ciento podría crecer exponencialmente. Así, aumenta el número de opciones de televisión abierta pero en realidad la competencia está ya muy presente.
Televisión Azteca y Televisa han hecho cambios para enfrentar la competencia. Sin duda veremos aspectos positivos de esto, pero aun está por verse si los contenidos mejorarán. Mucho dependerá de quienes serán, en los próximos años las audiencias que consuman televisión abierta y noticieros en tiempo real y lo que genere más ratíng que no necesariamente es el contenido de mayor calidad.
Quizá la TV no morirá para 2030 como lo ha anunciado Netflix. Pero sin duda está sufriendo ya una gran transformación. Lo mejor, en todo caso es que a diferencia de otros servicios, aquí sí hay muchas mas opciones para quien no quiera ver un noticiero en tiempo real.
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vía Especialistas
