Por Gabriel Sosa Plata
Ayer inició transmisiones la nueva cadena nacional de televisión, propiedad de la acaudalada familia Vázquez Raña-Aldir. Fue un día histórico en materia de medios de comunicación. Independientemente de la calidad de sus contenidos, Imagen TV rompe el duopolio televisivo y se convierte en nueva opción de televisión abierta para millones de familias en el país que sólo tenían acceso a las señales de Televisa, TV Azteca y algunos canales de la televisión pública nacional o estatal.
La apertura de la televisión comercial llegó tarde… pero al menos llegó. Quienes impulsaron el Pacto por México y la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones deben estar satisfechos por lo sucedido ayer. Sin voluntad política, sin presión social y sin órgano regulador autónomo (el Instituto Federal de Telecomunicaciones, IFT), muy probablemente no estaríamos atestiguando el nacimiento de la nueva cadena televisiva.
El impulso a la competencia en la televisión comercial fue una promesa incumplida de la transición democrática. Ni Vicente Fox ni Felipe Calderón quisieron confrontarse con las poderosas televisoras y renunciaron a los intentos de abrir este mercado. No sólo eso, ambos gobiernos concedieron más beneficios, particularmente a Televisa, con leyes y licitaciones a modo, cuantiosos recursos por publicidad gubernamental y autorizaciones para la adquisición de más empresas, lo que agudizó la concentración de medios y alejó más los objetivos democráticos en la comunicación.
Ahora bien, visto a la distancia, la apertura de la televisión comercial se hizo en los tiempos promedio de 20 años. Me explico: en los años cincuenta nació la televisión comercial con tres jugadores: Canal 4 de Rómulo O’Farrill, Canal 5 de Guillermo González Camarena y Canal 2 de Emilio Azcárraga Vidaurreta. En 1955 se forma el primer monopolio televisivo con la creación de Telesistema Mexicano, empresa integrada por los tres pioneros, encabezada por Azcárraga.
Es hasta 1968 –casi dos décadas después- que se rompe el primer monopolio con la llegada de Canal 13 (Corporación Mexicana de Radio y Televisión) de Francisco Aguirre Jiménez y Canal 8 (Televisión Independiente de México) de diversos empresarios, como Eugenio Garza Sada y Guillermo Salas Peyró. Sin embargo, fue una competencia efímera: en 1972, Aguirre se ve obligado de entregar el Canal 13 al gobierno y en 1973 se crea Televisa y a la nueva empresa se suma el único competidor, el Canal 8.
En 1993 se privatiza la televisión del gobierno, Imevisión (redes nacionales 7 y 13), es decir, 25 años después de salir al aire los canales 8 y 13. Con la venta, el entonces joven empresario, Ricardo B. Salinas Pliego, rompe el monopolio televisivo. Desde ese año y hasta el 2016, tuvimos un duopolio en la televisión abierta comercial. Es cierto que durante ese lapso nacieron otras opciones en televisión abierta (como CNI Canal 40, de Javier Moreno Valle, que a larga se integraría a TV Azteca y Canal 28, del mismo Vázquez Raña) y de televisión de paga (como MVS Televisión), pero ninguna de estas opciones con presencia nacional.
Veinticuatro años después de aquella privatización, la televisión abierta ofrece una nueva opción, que su vez es representativa de otra etapa regulatoria para acceder a las frecuencias: la licitación o concurso abierto para su concesionamiento. La primera etapa fue la discrecionalidad con la que se entregaban las concesiones; la segunda fue producto de la privatización y la tercera se materializó a partir de la reforma estructural de telecomunicaciones, en la que el poder para entregar las frecuencias pasó del Poder Ejecutivo al órgano regulador autónomo.
MARCAR DISTANCIA
El lanzamiento de Imagen TV es un acontecimiento histórico, ya lo decía, pero a diferencia de la privatización de TV Azteca no se ha generado tanta expectativa. Una de las razones es que ya son de sobra conocidas la línea editorial y la labor de periodistas, productores y conductores de Grupo Imagen a través de sus estaciones de radio, su canal de televisión (Excélsior TV y Cadena 3) y el diario Excélsior. La segunda es que lo “nuevo” de su oferta está sostenido con figuras ya muy conocidas provenientes de otras televisoras, como Ciro Gómez Leyva y Javier Alarcón.
Para ser una opción diferente de Televisa y TV Azteca, Imagen TV deberá navegar contracorriente. Si no marca distancia en periodismo ético, deportes, programación infantil, programas de ficción y respeto a los derechos de las audiencias, la decepción vendrá pronto y muchos veremos esta apertura como un fiasco. Ojalá no sea el caso. El éxito de una televisora se finca no sólo en los grandes recursos invertidos –como los que está desembolsando la familia Vázquez Raña y Vázquez Aldir en este proyecto-, sino en la calidad de sus producciones y la credibilidad de sus noticiarios.
EXCÉLSIOR TV: OTRA CADENA NACIONAL
Otro hecho en apariencia poco destacado de este lanzamiento, pero relevante en términos de cobertura, es que además de Imagen TV, nacería otra cadena nacional gracias a las bondades de la multiprogramación en los canales digitales. Me refiero a Excélsior TV, cuya señal podría retransmitirse en cada uno de los canales de la nueva red. Este canal compite con Milenio TV, Foro TV, así como con Proyecto 40, que será un canal mucho más enfocado en las noticias.
También ¿por qué no? podría montarse nacionalmente la señal de Imagen Radio, tal como se hace en el canal 28.2 en la Ciudad de México. Por ahora, este canal retransmite sólo el audio, pero después podría generarse una señal como Tele Fórmula. Ver la radio ha sido objeto de discusiones muy enriquecedoras sobre su pertinencia o no. Estemos o no de acuerdo con la “radio visual”, la convergencia tecnológica es un tema ineludible para mantenerse a la vanguardia y aprovechar el mayor número de plataformas para llegar a más audiencias.
Con Imagen TV y sus nuevas señales, los contenidos aumentan y continuarán creciendo gracias a las tecnologías digitales. Una pregunta obligada es si esta multiplicación de la oferta es benéfica para las audiencias. En términos cuantitativos aparentemente sí porque hay más opciones para informarse y entretenerse. En cuanto a la pluralidad, diversidad y calidad en los contenidos la discusión es mucho más amplia porque si bien se insertan nuevos jugadores en los medios, los conglomerados mediáticos y todos los intereses que les rodean no sólo se mantienen, sino que se fortalecen en México, en América Latina y en otras regiones del mundo.
La complejidad del análisis aumenta en la era digital donde internet, las redes sociales y plataformas como OTT modifican sustancialmente el escenario infocomunicativo y el consumo de los contenidos. En este nuevo ecosistema mediático y de las telecomunicaciones se inserta Imagen TV.
vía Sin Embargo