Por Hugo González
Hace unos días se publicó el Informe sobre el estado de internet en materia de conectividad, de Akamai, al segundo trimestre de 2016. Allí se ve que la velocidad promedio global de internet se redujo 2.3 por ciento respecto al primer trimestre, para llegar a 6.1 megas. Aunque los picos de velocidad en el mundo subieron 3.7 por ciento, para llegar hasta 36 megas.
Corea del Sur es el país con el mejor internet, al quedar en 27 megas en velocidad promedio, esto es una baja de 7.2 por ciento. Singapur tiene el internet más veloz, con picos de 157 megas, los que representa un aumento de 7.1 por ciento trimestre contra trimestre. En velocidad promedio, México es el tercer país del continente (63 del mundo), con 7.4 megas. Por picos de velocidad, México es 88, al llegar a 35.2 megas de velocidad, ligeramente por debajo del pico mundial.
Solo en conectividad móvil, México tiene un promedio de 6.5 megas, por debajo de Canadá, Perú y Estados Unidos. Viendo la posición de México, ¿son buenas o malas noticias?
Sinceramente no lo sé, pues aunque creció la velocidad promedio y los picos, eso se debe a esfuerzos de ciertos operadores. No es una tendencia generalizada de la industria. Creo que es debido a que el agente económico preponderante en telecomunicaciones (AEP-T) y sus competidores no se animan a invertir. Más aún si se cumple la amenaza de que la Comisión Reguladora de Energía (CRE) elevará la renta de los postes de la CFE.
Existe la versión de que la CRE subirá esos precios lo más cerca al costo de Telmex, y dejarlos desde los actuales 69.59 pesos hasta los 131. Este aumento de casi el doble no encuentra sustento dentro de la industria, ya que el costo actual es muy similar a lo que se paga en diversas economías del mundo.
En caso de prosperar esa idea será un fuerte golpe a la precaria economía, ya que impactará al único sector que presenta avances. Con esto seguiríamos con un mercado concentrado, pero con precios más altos que estos últimos dos años y una conectividad de media tabla. Espero que el gobierno y la CRE tengan la sensibilidad para tomar la mejor decisión para el país, pues de lo contrario el único ganador sería el AEP-T. Es que, como lo advirtió el lunes el Instituto de Derecho de las Telecomunicaciones, el regulador vive en un mundo de caramelo. Según el Ifetel, el AEP-T cumple la regulación especial, y esa es una visión muy peligrosa.
vía Milenio