Por Nicolás Lucas
La transmisión de narcoseries genera espanto en el Congreso, porque cree que afecta a audiencias juveniles, pero lo cierto es que hicieron poco por evitar su proyección en horarios tempranos.
La transmisión de contenidos que retratan en televisión y en otras plataformas audiovisuales las acciones del crimen organizado, las llamadas narcoseries, ha comenzado a generar espanto en el Congreso de la Unión. A las comisiones de Radio, Televisión y Cinematografía de la Cámara de Diputados y de Senadores les preocupa que series como “El señor de los cielos” de Televisa-Blim; “Narcos”, de Netflix y más recientemente “El Capo”, de Imagen TV, puedan poner en riesgo a las audiencias juveniles.
Ellos contabilizaron que en 36 horas de programación observadas se transmitió más de un contenido de este tipo por alguna de las cadenas nacionales de las televisoras y en horarios en los que aún son vistos por jóvenes y niños, quienes, a juicio de los legisladores, no pueden comprender el sentido de estas series, si entre que significan una celebración de las acciones del narco o los impactos negativos de éste en la sociedad y para aprender de ellos, de ahí que es necesario proteger a las audiencias.
De momento, las comisiones alertaron sobre la necesidad de modificar los horarios de transmisión de estas series, quitarlos de los horarios estelares para colocarlos hacia la medianoche. También convocarán en próximos días a los funcionarios directamente involucrados con la industria de la radiodifusión, el IFT y la SCT, a que expliquen por qué los concesionarios están haciendo uso de señales del espectro radioeléctrico, que son propiedad de la nación, para difundir estos contenidos que poco ayudan a crear una mejor sociedad, pero que en sí reflejan un momento histórico del país.
Desde la red social Twitter, la presidenta de la Comisión de Radio y Televisión de la Cámara de Diputados y el presidente de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía del Senado de la República, Lía Limón y Zoe Robledo, respectivamente, alertaron en un documento sobre la necesidad de discutir sobre el particular de remover a esos contenidos hacia otros horarios.
Comparto comunicado sobre #narcoseries que emito como presidenta de la#ComisiónRTV junto con el Sen. @zoerobledo pic.twitter.com/PR9gFmJt4R
— Lía Limón García (@lialimon) 31 de octubre de 2016
Sin embargo, fue el Congreso de la Unión, y estas dos comisiones en particular, que se mostró omiso cuando tuvo la oportunidad de regular los horarios de transmisión de programas en la televisión abierta, recordaron especialistas que han venido siguiendo toda historias desde hace muchos meses atrás.
“Nuestros legisladores se rasgan las vestiduras ante una situación que mediáticamente les resulta atractiva… Cuando la Secretaría de Gobernación emitió las clasificaciones horarias para la transmisión de programas para niños y adolescentes, ellos se quedaron callados”, recordó el abogado especializado en telecomunicaciones del despacho Ouraboros, Agustín Ramírez. “Hay que tener en cuenta que ellos tuvieron en sus manos la posibilidad de excluir a la Segob de la vigilancia de los contenidos, que fue lo que siempre se exigió en la discusión de la ley y no hicieron nada, principalmente el senador Zoé Robledo”, agregó el también ex presidente de la Amedi.
“La transmisión de esas narcoseries responde a los nuevos lineamientos (de horarios de transmisión)”, sentencia Gabriel Sosa Plata, académico de la UAM experto en temas de radiodifusión y de contenidos en medios audiovisuales.
“Ambos legisladores retoman la posición de la organización A favor de lo mejor. Está muy bien, pero ambos legisladores y otros se lavaron las manos cuando esta y otras organizaciones y defensores de audiencias advertieron de las implicaciones de los lineamientos de clasificación de programas que impuso la Segob para reducir los horarios del público infantil y ampliar el de los de adolescentes y adultos con el fin de complacer a las televisoras”.
En la primera semana de noviembre del 2015, la Secretaría de Gobernación publicó una serie de nuevos lineamientos que permitirían a las televisoras recorrer los horarios de los contenidos para adolescentes y adultos a horas más tempranas del día, una acción que a ojos de las organizaciones no gubernamentales y los analistas vulneró los derechos de la audiencia infantil y que además se tradujo como una complacencia del gobierno para que la industria de la televisión no siguiera torpedeando el proceso del apagón analógico, que entonces era el tema que despertaba polémica.
La Segob dijo que la reclasificación de los contenidos audiovisuales surtiría efecto desde el 4 de diciembre siguiente, con lo que se estableció que a partir de esa fecha se podrían ver en la televisión las programaciones de clasificación B desde las cuatro de la tarde, cuando la norma hasta entonces vigente estipulaba que este tipo de contenidos debían transmitirse después de las ocho de la noche.
De esta manera, la Secretaría de Gobernación acortó cuatro horas los horarios en los que se obligaba a las empresas de radiodifusión a transmitir contenidos más aptos para el público infantil, luego que en la programación de clasificación B, apta para personas de 12 años de edad en adelante, es permisible la exposición de escenas de violencia, de sexo implícito o de consumo de bebidas alcohólicas o tabaco, recordaron los especialistas.
Según los consultados, era competencia del Instituto Federal de Telecomunicaciones establecer los lineamientos de programación de contenidos, más que de la división de RTC de la Secretaría de Gobernación, y en el Congreso, tanto los senadores como los diputados hicieron poco por proteger a los niños.
La reclasificación permitió entonces a las televisoras vender publicidad y programación apta para públicos más adultos en un horario más temprano, con lo que de paso podrían sopesar posibles pérdidas de ingresos de llegar a una menor audiencia con el apagón analógico.
“Cuando Lía Limón estuvo en la Subsecretaría de Medios de la Segob no metió orden. Ahora que toca salir a medios con un tema escabroso, tratan de excluirse de una responsabilidad que comparten por omisión, por no hacer nada”, dijo Agustín Ramírez, quien fuera presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi) mientras ocurrió la reclasificación de horarios.
“Esos legisladores tampoco hicieron nada para quitar las atribuciones de regulación de contenidos a la Segob y trasladárselas al IFT. Particularmente RTC de Segob ha sido omisa en cuanto a su responsabilidad de supervisar contenidos y sancionar aquellos que son contrarios al interés superior de la niñez”, descargó Gabriel Sosa Plata, también comentarista en Radio Educación.
De acuerdo con un estudio de marzo del 2015 del Instituto Federal de Telecomunicaciones, en México los niños miran televisión cuando menos 4 horas con 34 minutos por día y el horario en que más ven televisión va de las 13 a las 17 horas, aunque el IFT detectó que la audiencia infantil aún mira el televisor hasta las diez de la noche.
En México existen las clasificaciones AA, A, B, B15, C y D con las se definen los niveles de contenidos a los que se expone la audiencia. Las clasificaciones A son aptas para toda audiencia y enfocadas al público infantil.
El Congreso, que ahora pugna por la protección de la infancia, puede resarcirse creando los mecanismos para que haya una clasificación programática más justa, pues el planteamiento de llevar las narcoseries a la madrugada, huele a censura, consideró Erick Huerta, miembro del Consejo Consultivo del IFT.
“Hay que poner atención en regular a fondo en toda la materia y no en determinados contenidos, porque en señalar unos contenidos en específico nos acercamos a la censura y entonces se toca un tema de vulneración y la manera de regular contenidos no puede ser esa. No hay una regulación a fondo que propicie la pluralidad de contenidos”, platicó Erick Huerta y añadió:
“Si están tan preocupados estos legisladores como dicen, habían ya de estar incidiendo en que la regulación vaya por ese camino, de protección a las audiencias infantiles, con horarios más apropiados, de advertencia de los contenidos que están viendo y por una mayor pluralidad de contenidos, en vez de tratar de censurar una temática que ya no sabemos si es censura por el tema de los narcos o por la vinculación de los políticos que se presentan en esas historia y por la corrupción que exhiben”.
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vía El Economista