La disponibilidad de redes móviles LTE llegó a sus primeros 5 años en América Latina y el Caribe de habla hispana durante el cuarto trimestre de 2016, con un saldo de 19 mercados que han habilitado estas tecnologías.
Un relevamiento de 5G Americas sobre el estado de los despliegues de LTE para servicios móviles indica que, en una muestra de 20 países, 19 tienen servicios LTE y 4 de ellos disponen además de despliegues LTE-Advanced (LTE-A).
Cuba se mantiene como el único país de esta muestra que no dispone de servicios comerciales LTE.
De acuerdo con el recuento, Puerto Rico fue el primer país que lanzó en el área analizada servicios móviles LTE en noviembre de 2011, seguido por Uruguay un mes después.
Entre los resultados más importantes se encuentra que en 2016 se presentaron tres nuevos despliegues de LTE-A (Chile, Brasil y Perú). Estos desarrollos ocurren en el contexto de la adjudicación de nuevo espectro para servicios móviles, notablemente la banda de 700 MHz, y el progreso en el despeje de dicha banda con la transición a la televisión digital terrestre (TDT).
Los lanzamientos en estos tres países sudamericanos ocurren luego de que en Puerto Rico se lanzaran los primeros servicios LTE-A del área en 2014.
Los años 2012 y 2013 han sido importantes para el desarrollo de LTE en la región, concentrando 10 mercados que lanzaron sus primeras redes LTE en ese periodo (5 por cada año). En ese lapso, la adjudicación de bandas como 1,7/2,1 GHz (AWS) y 2,5 GHz habilitaron despliegues en mercados como Colombia, México, Brasil, Chile y Venezuela.
Por otro lado, en 2014 se lanzaron servicios LTE en cuatro países luego de que las administraciones nacionales concesionaran espectro, como en los casos de Perú (subasta AWS de 2013) y Argentina, cuya subasta 4G a finales de 2014 ocurrió luego de más de una década sin concursos de licencias y que permitió el lanzamiento de LTE en ese mismo año. El Salvador fue el mercado que anunció el lanzamiento más reciente de LTE (diciembre 2016).
Es importante considerar que estos anuncios deben ser acompañados de políticas de espectro radioeléctrico que permitan colocar capacidad suficiente para habilitar no sólo la cobertura de LTE, sino la potencial evolución hacia LTE-A.
Vía Mundo Contact