Por Ernesto Piedras
Desde la reforma telecom hace tres años, quedó sentada la base regulatoria asimétrica para la compensación de deficiencias de mercado y componentes inequitativos para la operación y la competencia efectiva. Los años siguientes han sido de instrumentación de esas disposiciones y el 2016 sigue siendo uno de cambios relevantes en los términos operativos y regulatorios del sector convergente de las telecomunicaciones y la radiodifusión en México.
Desde una dimensión regulatoria, la licitación de más frecuencias del espectro radioeléctrico, a partir de la adjudicación de las bandas de AWS, detonará la oferta de servicios móviles de nueva generación.
Así también, los nuevos términos, condiciones y tarifas de las Ofertas de Referencia para la Desagregación de Efectiva de la Red Local del Agente Preponderante en Telecomunicaciones garantizarán la eficacia de este mecanismo de regulación asimétrica que aspira a contribuir a la reducción de barreras de entrada y operación de proveedores de servicios, a la optimización y generación de eficiencias en el despliegue y uso de redes y, consecuentemente, al desarrollo de la competencia en el sector.
A manera de recuento, en el año aún en curso se concretaron diversas medidas y acciones de política pública y regulatoria derivadas de la reforma constitucional y de Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, a saber: la culminación de la transición a la Televisión Digital Terrestre (TDT), el encendido de una nueva cadena de televisión nacional (Imagen Televisión), la conformación de un nuevo órgano encargado de garantizar la instalación y puesta en marcha de la Red Pública Compartida, así como la definición del desarrollador de ese proyecto.
Éstos, entre otros más, constituyen ejemplos de mandatos normativos hechos realidad en el 2016.
Por el lado del mercado, se enlistan el anuncio de nuevas estrategias y ejercicio de recursos de inversión, el lanzamiento de nuevas estrategias de precios y servicios, la continuación de ajustes a la baja de precios en telecomunicaciones, así como la entrada de nuevos jugadores y plataformas en el mercado de contenidos audiovisuales, en algunos casos complementarias a la oferta convergente de operadores de telecomunicaciones.
Vale ahora comentar sobre el camino hacia adelante.
El año próximo, la aplicación efectiva de la agenda regulatoria deberá materializar la evolución sectorial de mediano y largo plazos. El año por iniciar, el 2017, deberá avanzar en la aplicación de medidas asimétricas como la compartición de infraestructura y la desagregación de la red, aún pendientes.
Adicionalmente, deberemos testificar la licitación de frecuencias del espectro para la provisión de servicios de radio de uso comercial y social, así como para la conformación de nuevos canales de televisión; la adjudicación de 130 MHz de la banda de 2.5 GHz y la evaluación al cumplimiento y eficacia de las medidas asimétricas de preponderancia. Éstos son tan sólo algunos elementos que deberán llevarse a cabo durante el 2017.
Varios de ellos aún no cuentan con fecha para su realización; sin embargo, corresponde al IFT no demorar su materialización, puesto que de ello depende el desarrollo eficiente de los mercados, pero especialmente su reconfiguración a favor de la competencia.
Sin duda, todos estos elementos impactarán positivamente la dinámica de operación en los mercados que componen al sector convergente.
Cabe esperar que el IFT defina como prioritarios estos elementos en su Programa Anual de Trabajo 2017, a conocerse en enero próximo. De su oportuna implementación dependerá la materialización de los largamente postergados beneficios para los usuarios y la competencia efectiva en telecomunicaciones.
Vía The Ciu