Por: Francisco Grafías
Se perfila una bronca mayor con los concesionarios de radio y televisión por los Lineamientos Generales sobre la Defensa de las Audiencias que se publicaron en el Diario Oficial en pleno periodo vacacional (el pasado 21 de diciembre).
Un documento de la CIRT de plano calificó la nueva normatividad, que deberá aplicarse a más tardar el 31 de marzo, de “régimen de censura”. La molestia en la industria por estos lineamientos colocó en la misma trinchera a Televisa, TV Azteca e Imagen. Las tres concesionarias de televisión abierta coinciden con las críticas que la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión ha hecho lo que el IFT bautiza como “defensa de las audiencias”, pero que los sospechosistas consideran un “arsenal para el control de los medios”.
El documento de la CIRT dice que el Instituto Federal de Telecomunicaciones aprobó reglas que representan “un nuevo embate a las libertades de expresión, comercio y trabajo para las transmisiones de radio y televisión”. ¿Por qué?
La Cámara enumera sus razones:
-Carecen de sustento legal y dan al IFT facultades que la ley no le otorga.
-Dejan a los concesionarios en la indefensión, al no existir suspensión de amparo.
-Abren la posibilidad de denunciar a comunicadores, con base en unos lineamientos “de por sí ambiguos e inequitativos”.
-Convierten la denuncia en una herramienta de acoso y presión de cualquier tipo.
-Obligan a los comunicadores a diferenciar cuando se ofrece información y cuando se opina, a través de cortinillas o sonidos que rompen el ritmo de la transmisión. La medida se aplica por igual a noticias, deportes y espectáculos.
-En los bloques comerciales, al suspenderse y reanudar el programa, se deberán poner cortinillas de cinco segundos en la televisión. Están obligados a señalar: “Se suspende programa e inicia corte programático que incluye publicidad” o “termina corte programático que incluye publicidad”.
-Tienen que poner una pleca (P) cuando aparezca un patrocinador y al final colocar logotipos o nombres comerciales de las marcas que hayan contratado.
Otros motivos de irritación en la industria:
-Los Defensores de la Audiencia deberán ser autorizados por el IFT.
-Las investigaciones contra los programas pueden ser ordenados por el IFT o mediante denuncias ciudadanas.
-Se introduce un nuevo derecho de réplica, otorgando al Defensor de las Audiencias facultades que sobrepasan las establecidas por la Ley.
-El Instituto será el que ordene y apruebe los términos en que los concesionarios deberán elaborar sus códigos de ética.
-A las multas previstas en la Ley (salarios mínimos) se suman ahora sanciones superiores sobre porcentaje de los ingresos anuales de los concesionarios en el último ejercicio fiscal (entre el 1% y el 3%). Se multiplican por dos en caso de reincidencia.
La CIRT subraya que toda esta “sobrerregulación” de la información, los contenidos y la publicidad es inequitativa, ya que exentan las señales enviadas desde Estados Unidos.
La única opción para evitar el “régimen de censura”, mientras hay resoluciones judiciales o de la CIDH, es que las transmisiones se originen en la Unión Americana.
Varios concesionarios ya cuentan con transmisiones desde San Diego y Miami.
- Buscamos otras opiniones sobre el tema para ofrecer un contraste. Nos llamó la atención lo escrito, a principios de enero, por Gabriel Sosa Plata, otrora ombudsman en Noticias MVS, sobre los códigos de ética. Dice Sosa Plata en el portal Sin Embargo. “Uno de los temas que más polémica generó cuando se analizaba el Código de Ética era el que buscaba diferenciar la publicidad de la programación.
“Hacer explícito que una cobertura o entrevista es pagada por alguien, no gusta a algunos concesionarios ni a los anunciantes porque lo atractivo es, justo, hacer pasar esa pieza como parte del programa”, dijo.
Sosa Plata adelantó que no será fácil que los empresarios de radio y televisión “digieran” las nuevas reglas.
Nosotros agregaríamos que los famosos lineamientos, efectivamente, dan armas al IFT para apretar y censurar a empresarios y comunicadores que difundan mensajes que les sean incómodos.
Vía: Excelsior