Por: Redacción
La realidad virtual tiene mucho que decir más allá de los videojuegos. La música en realidad virtual cada vez parece un propuesta más interesante.
La realidad virtual está en un momento de su historia en el que puede explotar definitivamente como una tecnología rompedora o quedar, al menos durante un tiempo, en el olvido. Por el momento, no ha dado el paso definitivo para despegar y llegar todo el mundo. Esto se debe, por una parte, a factores tecnológicos que la limitan: es muy cara, produce mareos en algunos usuarios y no es tan cómoda como debería.
Pero probablemente el problema más grande es la falta de contenido. O al menos, esa es la sensación que tenemos si nos enfocamos en videojuegos. Y es que, aunque este es el campo en el que la realidad virtual es más interesante, la tecnología ofrece posibilidades en otros campos. En la industria de la música, el contenido para realidad virtual es cada vez una opción más interesante.
Música en realidad virtual: conciertos
La música se basa en lo que oímos, pero se puede reforzar mucho visualmente. Por eso existen conciertos, vídeos musicales y hasta películas para acompañar discos. Todas estas cosas puede potenciarlas la realidad virtual.
Ir a un concierto está genial, pero desgraciadamente uno no siempre puede ver a sus grupos favoritos en directo. Y no cabe duda de que una experiencia inmersiva en realidad virtual es mucho mejor que un vídeo plano.
“El paso obvio es utilizar esta tecnología [la realidad virtual] para abrir los conciertos a una audiencia mayor con una experiencia mejor que simplemente mirar a una pantalla plana”, declaró Tom Sirtes (del estudio de realidad virtual Mbryonic) a la BBC.
Además, una experiencia de concierto en realidad virtual puede ser mucho más que un vídeo en 360º. En una experiencia bien trabajada, puedes elegir a qué parte del escenario mirar, por no mencionar que puedes verlo todo más cerca que en cualquier concierto real.
U2 y Paul McCartney son algunos de los artistas más importantes que ya están experimentando con este tipo de experiencias. Y Queen colaboró con Google para dar una nueva vida en realidad virtual al mítico vídeo de Bohemian Rhapsody.
Conciertos directamente en realidad virtual
Pero más allá de crear una experiencia en realidad virtual de un concierto, los conciertos podrían llevarse directamente a la realidad virtual. Así, los grupos con pocos recursos para viajar podrían hacer un directo en realidad virtual para todo el mundo.
Esto es más interesante que grabar un concierto en 360º y ponerlo a disposición del consumidor en el sentido de que así puedes crear una experiencia más social. Puedes unir a fans de todo el mundo como si realmente estuviesen viendo un concierto en vivo.
De todas formas, para que esto funcione bien, la tecnología tiene que mejorar mucho. No es nada fácil crear una experiencia de realidad virtual en directo de la que además todos los consumidores puedan ser partícipes.
Una industria musical con el apartado visual en auge
Pero las posibilidades la VR en en música van más allá de experiencias de conciertos. Cualquier vídeo musical se puede potenciar, y mucho, con un buen trabajo en realidad virtual. Un buen ejemplo de ello es el vídeo que hizo Muse de Revolt en realidad virtual.
Esto es especialmente importante en un momento en el que la industria musical está muy interesada en el aspecto visual. En el último año, lanzamientos de la talla de Blond de Frank Ocean, Lemonade de Beyoncé o Process de Sampha han llegado con una suerte de película como acompañamiento.
Un nuevo reto económico para la industria musical
Todo esto está llegando, eso sí, en un momento en el que la financiación de la industria musical está cambiando por completo. Con los servicios de streaming, la gente se ha acostumbrado a no pagar por un producto musical individual. Y producir contenido en realidad virtual es demasiado caro como para incluirlo en las tarifas de servicios de streaming.
Una solución sería buscar un mercado dispuesto a pagar por las experiencias individualmente, pero probablemente ese mercado no es suficientemente grande. Otra opción sería crear tarifas “más premium” dentro de los servicios de streaming que permitan acceso a contenido exclusivo. Este tipo de servicio es el que ofrece Tidal y, aunque de momento no ha funcionado demasiado bien, la realidad virtual podría ser el empujón que necesita este tipo de suscripción.
Vía: El Universal