Por: Redacción
En un hospital en Vancouver, Canadá, el can fue entrenado para olfatear y detectar una bacteria que, de no ser identificada y tratada correctamente, podría desencadenar infecciones mortales para los humanos.
Metafóricamente, los perros podrían detectar una cucharadita de azúcar en un cuerpo de agua del tamaño de dos piscinas olímpicas. Es decir, son capaces de detectar el olor de bombas ocultas, drogas, alimentos de contrabando y, al parecer, infecciones mortales.
Angus es un cocker springer spaniel de dos años de edad, entrenado en el Hospital General de Vancouver, Canadá, especialmente para olfatear la Clostridium difficile; quien, después de un periodo de entrenamiento de un año, fue oficialmente ascendido a perro trabajador el 13 de marzo.
Sin embargo, la peligrosidad de esta es si empieza a crecer de manera descontrolada, ya que la Clostridium difficile comienza a liberar toxinas que atacan el recubrimiento de los intestinos, produciendo síntomas como diarrea y dolor de estómago intensos, pérdida del apetito, fiebre y sangre o pus en las heces
*Cirugía abdominal que requiera mover los intestinos
*Problemas de colon
*Débil sistema inmunológico
*Tener más de 65 años
Teresa Zurberg, enfermera de este hospital, empezó en julio de 2016 a adiestrar a su perro, Angus, para rastrear la bacteria, luego de que ella misma fue víctima de una infección que amenazó su vida.
Angus fue entrenado para olfatear la bacteria que se queda en los pantalones de los pacientes portadores y, desde que inició su adiestramiento, ha encontrado la Clostridium difficile acechando en más de 100 lugares diferentes.
Elizabeth Bryce, directora de Control de Infecciones de Salud Costera de Vancouver, aclaró que esto no significa que el hospital no se esté limpiando adecuadamente, sino que el can está mostrando que hay nuevas áreas que requieren más atención de saneamiento.
“Después de que Angus encuentra estas manchas, las bacterias son fáciles de matar con luz ultravioleta, lo que potencialmente salva la vida de los pacientes”.
Millones de bacterias viven en el tracto digestivo que compiten con la Clostridium difficile por alimento y espacio vital. Sin embargo, al ser inmune a la mayoría de los antibióticos comunes, la bacteria se beneficia de la limpieza de la flora intestinal y se expande para causa diarreas que en muchos casos son fatales.
Actualmente, el Hospital General de Vancouver está entrenando a un segundo spaniel llamado Dodger –también de Zurberg- quien junto Angus olfateara Clostridium difficile.
Vía: El Financiero