Por: Redacción
Las promesas ya están sobre la mesa. Quienes las han hecho son, precisamente, dos grandes mentes y dos grandes visionarios, Mark Zuckerberg y Elon Musk.
¿Y si nuestro cerebro funcionase como un ordenador? ¿Y si pudiéramos comunicarnos sin mediar palabra, únicamente con la telepatía? ¿Y si la inteligencia humana se fusionara con la artificial? Las promesas ya están sobre la mesa. Quienes las han hecho son, precisamente, dos grandes mentes y dos grandes visionarios, Mark Zuckerberg y Elon Musk. Cada uno trabaja en sendos proyectos, hoy por hoy futuristas, que podrían cambiar para siempre la forma de comunicarnos.
Si internet y aplicaciones de mensajería como WhatsApp fueron en su día toda una revolución en la forma de establecer relaciones, lo que viene romperá nuevas y gigantes barreras comunicativas. Porque lo que hasta ahora pertenecía al campo de la imaginación, ha dejado de ser menos ‘soñable’ para acercarse a lo realizable.
NEURALINK: CONECTAR CEREBRO Y ORDENADOR
Es una de las grandes apuestas de futuro en el campo de la comunicación de Elon Musk. Implantar sistemas informáticos de inteligencia artificial en el cerebro humano es, en resumidas cuentas, la idea detrás de Neuralink. Musk y los suyos no han desvelado grandes detalles de este ambicioso proyecto, registrado como una empresa de “investigación médica”, que busca conectar cerebro y ordenador y potenciar las capacidades cognitivas humanas a través de la inteligencia artificial.
Esta fusión de la inteligencia biológica con la artificial iría encaminada a mejorar funciones del cerebro humano, por ejemplo, relacionadas con la memoria, su funcionamiento o su longevidad. También permitiría encontrar nuevas fórmulas para luchar contra enfermedades como la depresión o la epilepsia.
La intención del dueño de Space X y de Tesla es hacer realidad el proyecto “en unos cuatro años”, es decir, en un abrir y cerrar de ojos, prácticamente. Aunque la tecnología que se aplicaría a pacientes con alguna discapacidad tardaría, al menos, diez años.
BUILDING 8: ESCUCHAR CON LA PIEL, ESCRIBIR CON LA MENTE
Facebook tampoco se quiere quedar atrás en esta carrera por la ‘digitalización’ del cerebro. Mark Zuckerberg también ha creado un equipo dedicado en exclusiva a la creación de una interfaz cerebro-ordenador que se basaría en una serie de implantes ‘no invasivos’ capaces de escanear imágenes ópticas a un ritmo de cien veces por segundo.
Se trata del proyecto Building 8. Su objetivo es que seamos capaces de escuchar con la piel y escribir con la mente. Los idiomas pasarán a un segundo plano, la comunicación será a través de las mentes, de la traducción de pensamientos. Entre las metas que Facebook se ha puesto es que en los próximos dos años los seres humanos podamos escribir 100 palabras por minuto, sin usar las manos, solo con la mente. Hoy en día, una persona, de media, puede escribir entre 38 y 40 palabras por minuto en un ordenador o un teléfono.
Otra de sus ideas revolucionarias es que la piel sustituya la función de la cóclea del oído, de tal modo que las personas sordas podrán volver a escuchar o hacerlo por primera vez. Sería la piel la encargada de ‘escuchar’ el sonido y de llevarlo al cerebro, para que allí pueda ser leído. ¿Te imaginas pensar algo en un idioma y que la otra persona reciba ese pensamiento a través de la piel en un lenguaje diferente? Pensar en español y sentirlo, inmediatamente, en inglés o en chino, por ejemplo. Eso persigue Facebook.
Otras compañías como Kernel, asociada al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), también se han sumado al reto. El emprendedor tecnológico de Silicon Valley, Brian Johnson, ha invertido 100 millones de dólares de su propio bolsillo para investigar sobre la conexión cerebro-ordenador a través de implantes electrónicos. Su objetivo es ayudar a personas con enfermedades neurológicas y también mejorar la vida de las personas sanas.
¿Seremos ‘superinteligentes’? ¿Seremos mitad humanos, mitad máquina? ¿La inteligencia artificial ayudará a curar las enfermedades neurológicas? En unos cuantos años podremos tener la respuesta.
Vía: Dinero en Imagen