Por: Redacción
La mayoría de las sinopsis de Lady Bird dicen que esta película narra, en pocas palabras, la complicada relación entre una madre terca y seca y su hija adolescente (con todas las características propias de alguien que se cree el centro del mundo). Si así fuera la historia, con una premisa tan básica, Lady Bird no sería lo que hoy es.
La realidad es que todos esos resúmenes, por muy cortos y objetivos que sean, no dicen de qué va realmente el filme: Lady Bird, palabras más palabras menos, es una película sobre la vida. Así de sencillo y complicado.
Greta Gerwig, la quinta mujer en ser nominada a un Oscar como Mejor Director, logró capturar en su debut como directora el verdadero significado de la simpleza de la vida representada en una chica de 17 años con cabello rojo y deslavado de principios de milenio interpretada de forma magistral por la irlandesa Saoirse Ronan.
Christine ‘Lady Bird’ McPherson es una adolescente que se encuentra en su último año en una escuela católica antes de ingresar a la universidad. Al pertenecer a una clase media tirándole a baja, con un padre (bonachón) desempleado, un hermano sin aspiraciones y una mamá estresada que trabaja doble turno, ‘Lady Bird’ no puede, o mejor dicho no debe, aspirar a más de lo que tiene a su alcance o lo que sus papás le pueden ofrecer.
Pero en su camino por intentar siempre ir más allá, se topa con varios personajes comunes y corrientes como esa mejor amiga regordeta, un novio católico que es gay, una nueva amiga con celular y automóvil, el arquetipo del crush misterioso que toca en una banda con nombre francés y, lo más importante, la constante y molesta presencia de su mamá no como una mujer que no le permite soñar, sino como el reflejo de sí misma, de la realidad a la que toda su vida se va a enfrentar.
Lady Bird, escrita y dirigida por Gerwig, está basada en las experiencias de Greta mientras crecía en Sacramento a principios del nuevo milenio, en 2003 para ser más específicos. Dos años después de las tragedia de las Torres Gemelas, en medio de una paranoia que logró afectar a los más susceptibles, pero que en esta cinta se queda en segundo plano para darle total protagonismo a los elementos más básicos en la vida de una adolescente que quiere estar donde la cultura este (algo así como la carísima Universidad de Nueva York.
Sería un error considerar que los personajes que se presentan en la historia son una representación de la ‘típica’ familia americana. Nada de eso. Todos los elementos que componen Lady Bird, así como los individuos que aparecen, están en el lugar y momento adecuado: mentiras, virginidad, apariencias, problemas económicos, sexualidad, religión, desempleo, resignación, amor, amistad y la necesidad de ser.
Greta Gerwig antes de convertirse en directora, fue una actriz poco conocida y poco valorada con apariciones en películas como To Rome with Love de Woody Allen en 2012, Frances Ha del mismo año y Mistress America de 2015 bajo la dirección de Noah Baumbach y su papel en Jackie de 2016 con el chileno Pablo Larraín, que le ayudaron a entregarle a su primera cinta, esta mezcla de comedia y drama (como la vida de cualquier joven que debe decidir qué hacer con su vida), ese toque personal, dulce y profundo que Ronan proyecta en cada minuto.
Vía: Sopitas