Nos guste o no, Interpol se ha convertido en una banda de culto. Una prueba de ello es el hecho de que Paul Banks y compañía pueden darse el lujo de sacar cualquier cosa al mercado sin el temor de que a sus fans no les guste ese nuevo álbum, miedo que siempre han tenido y que por fin se han sacado de encima.
Hace unos meses, cuando tuve la oportunidad de entrevistar a la agrupación neoyorquina, una de las preguntas que les hice fue si el hecho de que los fans compararan todo lo que sacan con su disco debut, Turn On The Bright Lights (2002), alguna vez les ha causado conflicto al momento de componer nuevas canciones, a esto Daniel Kessler contestó sin rodeos que no, en el caso de Marauder, por el hecho de que refleja lo que Interpol es en este momento. Y no podría estar más de acuerdo con él, este nuevo material viene a decirnos que el grupo liderado por Paul Banks ya se ha librado de ese temor de darle a los fans algo que podría no gustarles.
De hecho, puedo asegurar que este disco gira en torno a eso. Hace unos meses la banda utilizó un mural en la CDMX para anunciar Marauder. El disco muestra la foto del Procurador Fiscal de Estados Unidos, Elliot Richardson, quien en 1973 estuvo envuelto en el famoso escándalo de Watergate. La imagen nos presenta a alguien solitario y con la mirada hacia abajo, como si estuviera en una situación vulnerable. En una conferencia mundial que Interpol dio ese día, Paul Banks mencionó que una de las grandes responsabilidades en la vida es la de ser honesto y quizá, esa responsabilidad fue la que impulsó a la banda a dejar esa zona de confort en la que ya llevaban un par de años.
En este nueva producción Paul Banks, Daniel Kessler y Sam Fogarino, nos presentan canciones con sabores y sonidos conocidos, pero al mismo tiempo con un toque que las hace diferentes de otros tracks que nos han presentado anteriormente. Por ejemplo, es inevitable no escuchar “If You Really Love Nothing” y pensar en “All The Rage Back Home”, de su álbum El Pintor (2014), sin embargo, se nota en la voz de Banks, el bajo de Kessler y la velocidad de la batería de Fogarino que no son la misma cosa.
Por otro lado, uno puede oír otras canciones como “The Rover”, “NYSMAW” y “Number 10” e inmediatamente identificarlas como creaciones de Interpol, eso sí, con ritmos menos oscuros y más refrescantes. El disco tiene otras sorpresas como “Party’s Over”, una balada más lenta a comparación de las anteriores pero con el bajo y las guitarras llenas de ese toque interpolesco, o los “Interlude 1” e “Interlude 2”, canciones que jamás hubiéramos pensado escuchar en un disco de Paul Banks y compañía, pero que por alguna razón no te molesta el encontrar dentro de la producción que cuenta en total con 13 variados tracks.
Producido por Dave Fridmann, quien ha trabajado con artistas como Flaming Lips, MGMT, Mogwai y Café Tacvba, entre otros, Marauder es el disco más honesto de Interpol, en el que Fridmann logró plasmar lo más real de la banda dentro de un estudio. A estas alturas de la vida, uno sabe que probablemente jamás se volverá a topar con algo tan grande como el Turn On The Bright Lights, sin embargo, a Interpol parece ya no importale eso. Y no porque estén seguros del amor y la fidelidad de sus fans, sino porque saben que la reinvención es parte de la vida y uno no puede ir en ella intentando complacer a los demás.