Vía EcoInventos
Philip Alston, comisario especial de la ONU sobre Derechos Humanos, hizo hincapié en que los desequilibrios provocados por el cambio climático recaerán principalmente en los habitantes de las naciones más pobres.
En un contexto de apartheid climático, los países ricos podrán luchar en gran medida con los efectos del calentamiento global, mientras que los países pobres tendrán que soportar la mayor parte de sus consecuencias.
El mundo corre el riesgo de caer en un escenario de “apartheid climático” en el que los países ricos podrán hacer los ajustes necesarios para hacer frente a temperaturas cada vez más extremas, mientras que los países pobres se verán obligados a sufrir las peores consecuencias de la crisis climática: la previsión es del comisario especial de la ONU para los derechos humanos y la extrema pobreza, Philip Alston, que habló durante la presentación de un informe de la ONU.
Según Alston, corremos el riesgo de “socavar los progresos realizados en los últimos 50 años en la reducción de la pobreza“. El comisario especial, que presentará su informe completo en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, citó un estudio anterior de las Naciones Unidas en el que se estimaba que 140 millones de personas perderán sus hogares en los países en desarrollo para 2050 como consecuencia del cambio climático.
Las personas que viven en la pobreza son responsables de sólo una pequeña fracción de las emisiones mundiales, pero tendrán que soportar el peso del cambio climático y encontrar la forma para protegerse – afirmó Alston – Nos arriesgamos a un escenario de ‘apartheid climático’ en el que los ricos pueden pagar para escapar del sobrecalentamiento, el hambre y el conflicto, mientras el resto del mundo se ve abandonado a su suerte”.
El orador especial también criticó duramente a la comunidad de especialistas y expertos internacionales en derechos humanos por considerar sólo marginalmente el riesgo de desequilibrio social y económico asociado con la crisis climática. Alston llegó incluso a criticar a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos por no haber dedicado suficiente atención y recursos al problema.
“Se trata de una verdadera crisis total, que amenaza los derechos fundamentales de un gran número de personas – concluyó Alston – La metodología fragmentada utilizada para estas cuestiones no puede ser suficiente“.