Por Sebastián Pérez
La tecnología de la información se va desarrollando y su futuro es tan prometedor que pareciera ser sacado de la ciencia ficción.
Recientemente, un grupo de investigadores australianos —con el propósito de crear el chip más inteligente— se inspiró en la súper computadora más perfecta de la naturaleza: el cerebro humano. Éste tiene la magnífica capacidad de almacenar, eliminar y procesar la información, características que los programadores anhelan de una computadora perfecta.
El nuevo chip, desarrollado por científicos de la Universidad de RMIT de Australia, utiliza la luz para crear y modificar recuerdos, lo cual acerca a la inteligencia artificial a la sofisticación del cerebro humano.
El equipo de investigación y desarrollo, liderados por Sumeet Walia, se inspiró en la técnica llamada optogénetica para crear un dispositivo que reproduzca la forma en la que el cerebro almacena y pierde información. Esta técnica implica la utilización de la luz para controlar las células de tejido vivo, por lo regular a las neuronas.
Con la luz es posible manipular las neuronas para que puedan activarse o desactivarse, mismo principio que puede ser utilizado en las computadoras.
En el cerebro, las conexiones neuronales suceden gracias a los impulsos eléctricos. Los picos de energía contribuyen, cuando llegan a cierto nivel de voltaje, a la unión de neuronas, lo que resulta en la creación de un recuerdo. El nuevo chip de Walia y su equipo tiene como objetivo replicar este proceso.
De acuerdo con el artículo, está fabricado con un material ultradelgado que cambia la resistencia a la electricidad en respuesta a distintas longitudes de onda de la luz, lo que le permite imitar la forma en que funcionan las neuronas, las cuales almacenan, clasifican y descartan información.
A grandes rasgos, los científicos aseguran que su chip tiene la capacidad de imitar este funcionamiento orgánico simplemente iluminando diferentes colores en el hardware del dispositivo.
El chip de Walia funciona al encender una luz sobre él, lo que genera una corriente eléctrica en el material fotosensible. Al cambiar los colores de esa luz la corriente invierte la dirección de positivo a negativo. Este cambio de dirección equivale a la unión entre conexiones neuronales, lo que permite a estas células formar recuerdos.
Para desarrollar esta tecnología, los investigadores usaron un material llamado fósforo negro, el cual tiene una estructura molecular deformada por la falta de átomos. Aprovecharon esta característica para manipular el comportamiento del material para imitar tanto las conexiones como las desconexiones cerebrales, dependiendo de la longitud de onda.
Según lo descrito por los especialistas, se espera que este chip contribuya a llevar a la informática hacia una nueva era, en la que utilice la luz para ser más eficiente y segura. También supone un paso importante en la creación de un cerebro biónico que pueda aprender de su entorno.
Las investigaciones que llevaron a la creación de este chip pueden ser utilizadas para comprender mejor al cerebro y cómo es afectado por trastornos que modifican las conexiones neuronales, como el Alzheimer y otras demencias.
Esta tecnología también podría funcionar para optimizar a los dispositivos móviles, como los celulares y las tabletas, a las prótesis biónicas u otros dispositivos inteligentes.
Si bien este desarrollo es atractivo, los científicos están conscientes de que aún falta mucho tiempo para que sea viable comercializarla, pero su objetivo es que sea utilizado para conectar dispositivos biónicos, como implantes de retina.
Vía VIX