Si bien el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) tiene identificado un volumen importante de espectro radioeléctrico, en diferentes bandas, para plataformas y servicios de quinta generación o 5G, el costo que se cobra por ese insumo en México hará insostenible cualquier nuevo negocio, coinciden proveedores de servicios, organismos internacionales e, incluso, las propias autoridades en la materia.
Miguel Calderón, vicepresidente de regulación de Telefónica México, aseguró que, incluso, estudios realizados por el IFT, reconocen que hacia el 2025 las empresas en México estarán pagando hasta 22 por ciento de sus ingresos brutos por concepto de uso y explotación de espectro y que en el caso de las compañías con menos escala ese pago podría ascender hasta 30 por ciento.
Gabriel Contreras, presidente del IFT, reconoció que la situación en cuanto al costo del espectro se deberá modificar.
Pero, incluso, en el caso del insumo que se requiere para llevar servicios de conectividad a todo el país, entre las empresas han aplaudido que el organismo regulador haya propuesto a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que no se cobre el espectro que se concesiona para uso social.
La Unidad de Espectro Radioeléctrico (UER) del IFT ha dado a conocer que se ha sometido a consulta la disponibilidad, en donde se identificaron 11 mil 190 megahertz de espectro susceptibles a ser utilizados en el despliegue de sistemas móviles de quinta generación.
Entre tales bandas se encuentran de frecuencias bajas, medias y altas para servicios móviles de 5G.
Alejandro Navarrete, jefe de la UER del IFT, comentó que, a diferencia de generaciones anteriores, los sistemas móviles de quinta generación requerirán de mucho más espectro radioeléctrico.
Explicó que “las tecnologías de quinta generación no son sólo un avance tecnológico habitual sobre la tecnología anterior, sino en realidad representan una piedra angular para el despliegue de muchas otras tecnologías, que conjuntamente tendrán un impacto transversal en todos los sectores industriales y sociales”.
Destacó que hay tres casos de uso para las tecnologías de quinta generación: primero, la banda ancha móvil mejorada, con velocidades superiores a los 10 gigabits por segundo; después, las comunicaciones tipo máquina que habilitaran el internet de las cosas masivo hasta con un millón de objetos conectados por kilómetro cuadrado; tercero, las comunicaciones ultra confiables de baja latencia, con latencias menores a un milisegundo, que habilitarán aplicaciones de tiempo real como la conducción autónoma de vehículos.