El uso de datos biométricos se ha masificado en el mundo, gracias a los teléfonos celulares que utilizan la huella dactilar o reconocimiento facial como medida de seguridad, una tendencia que se ha extendido a otros dispositivos y servicios.
Una encuesta de Visa en América Latina y el Caribe encontró que el 80% de los consumidores valoran la mayor velocidad y facilidad que ofrece la biometría, ya que se trata de un método de autenticación con el que no se tienen que recordar ni gestionar contraseñas.
Además, cada vez es más común el poder usar esta herramienta. Por ejemplo, el 89% de los encuestados mexicanos ha usado reconocimiento de huella digital, el 61% reconocimiento de voz y el 58% reconocimiento facial.
Para Paul Fabara, director de Riesgos de Visa, estas cifras demuestran que los consumidores desean innovaciones y que la biometría es una opción para reemplazar identificaciones vulnerables y “engorrosas como las contraseñas”.
De ahí que varias industrias estén apostando a la implementación de biometría en áreas que no se habían pensado antes.
PARA PROTEGER VALORES
La gente siempre ha tenido necesidad de guardar cosas que valoran, fue así como surgieron las bóvedas y cajas de seguridad que ahora se han modernizado.
De acuerdo con Max Cukiert, CEO de Strong- Max, estas cajas de seguridad usualmente eran ofrecidas por los bancos, pero ahora está en manos de empresas especializadas.
La banca lo ha dejado porque requiere altísimas medidas de seguridad e invertir en un servicio que ofrecen de forma adicional. Por eso surgieron ¿ en el mundo empresas que atienden a este nicho y se enfocan en dar máxima seguridad”, explicó al platicar con Excélsior.
En el caso de StrongMax, la empresa ubicada en la Ciudad de México, se ha enfocado en ofrecer un servicio de renta de caja de seguridad con horarios flexibles, una buena infraestructura de seguridad y un bajo costo. Esto último porque el costo de una caja pequeña es de 5 mil pesos al año y tienen plazos que inician en tres meses.
Cukiert detalló que tienen clientes, tanto empresariales como personas físicas, quienes llegan, firman un contrato y reciben diferentes credenciales que les permitirán entrar a la bóveda para dejar o retirar sus valores de una caja de seguridad.
Entre las credenciales que reciben está un PIN confidencial, una tarjeta de proximidad y se toman sus biométricos, usualmente huellas dactilares y análisis de rostro.
El directivo recordó que anteriormente, las bóvedas contaban con un sistema en el que se entregaba una llave al cliente y al directivo del banco para que juntos entraran y no se abriera una caja sin autorización.
Ahora con el dato biométrico y el PIN, el cliente pasa solo y con una llave abre su caja para tomar sus valores”, resaltó.
Cukiert comentó que quieren democratizar la renta de estas cajas de seguridad en el país, pero antes de abrir nuevas locaciones deben cumplir con ciertos estándares para ofrecer el nivel de servicio adecuado.