La empresa Xiaomi presentó una cubrebocas electrónico que tiene un filtro dinámico, elemento que puede limpiar hasta un 95% del aire que entra.
Una empresa de tecnología de China presentó una mascarilla electrónica con un filtro dinámico, el cual trabaja de forma permanente para “limpiar el aire” que entra a los pulmones.
Fuentes de la empresa fabricante han asegurado que dicho artefacto es capaz de purificar hasta un 95 por ciento el aire.
La mascarilla facial está hecha a base de silicón, para amoldarse cómodamente al rostro del usuario y tiene una válvula para la salida de aire.
El producto ha causado gran expectación en todo el mundo, por la crisis sanitaria que se vive por el COVID-19, pero ¿realmente este producto podría prevenir los contagios de la nueva cepa de coronavirus?
De acuerdo con sus especificaciones de fábrica, este artefacto electrónico despeja del ambiente partículas contaminantes, polvo, polen, humo de tabaco, pelos de animales, gases que emiten algunos vehículos, partículas de hasta 0,3 micrómetros de tamaño, así como el formaldehído, un componente potencialmente cancerígeno.
Sus fabricantes detallaron que el producto fue diseñado para que las personas de las grandes orbes asiáticas pudieran contrarrestar los altos niveles de partículas contaminantes a las que están expuestos, principalmente durante el otoño y el invierno.
Sin embargo, no hay ninguna especificación de parte del fabricante o de autoridades sanitarias que apunten a que este nuevo producto ayude a prevenir contagios de COVID-19.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha destacado -durante esta pandemia- que las mascarillas faciales solo deben usarse si se es portador de COVID-19, de no tener el virus, es necesario portarla si se atiende o convive con alguien sospechoso de COVID-19; además, la OMS, recomendó usarlas solo si hay signos de tos o estornudos.
Derivado de la pandemia varios países del mundo han presentado escasez de este insumo, incluso países como Japón han impuesto multas de cárcel y pagos de 9 mil 800 dólares a quienes lucren con la venta ilegal de mascarillas, las cuales eran revendidas a sobreprecio, volviéndolas inalcanzables para buena parte de la población japonesa.
Hasta el momento, la nueva mascarilla electrónica solo se encuentra a la venta en tiendas en línea en un precio que ronda los 30 euros.