Por Francisco Rodríguez
El tiro de gracia a las nonatas reformas estructurales del peñato tenía que correr a cargo de uno de los felones emblemáticos del sistema toluquita: el ex secretario particular de Alfredo del Mazo González (quien es el encargado de los enjuagues financieros de los atracomulcas en paraísos fiscales del exterior), el famoso güero de rancho Gerardo Ruiz Esparza.
El mismo personaje que ha asolado los bolsillos de los proveedores de la administración atracomulca, con una fiereza digna de mejor causa, al exigir sus moche$ del veinticinco por ciento por adelantado, hágase o no se haga y en rigurosas maletas de efectivo. No acepta cheques, tarjetas, puentes financieros de intermediarios, escrows, ni abonos.
El güero de rancho, fiel a su obsesión económica enfermiza, acaba de asesinar en la cuna la mentada reforma estructural en telecomunicaciones, al adjudicar de una manera tramposa y sucia el contrato para desarrollar la red compartida en favor de un consorcio fantasmagórico que contraviene, de entrada, todas las promesas ofrecidas por el peñato de respeto a los supuestos constitucionales en la materia.
Favorecieron a su “favorito”: un raro Grupo Altan
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes, la misma que adjudicó el fallido tren bala México — Querétaro a la constructora de la familia Salinas de Gortari y al Grupo Higa, con el fin de desplazar ilícitamente a la empresa oriental que había cumplido ampliamente con las bases del concurso, volvió a la palestra para regar el tepache.
No conforme con haber provocado un conflicto internacional de considerables dimensiones con aquella decisión que tuvo un costo adicional para nuestros bolsillos –igual que el fracasado lanzamiento de un satélite mexicano en Kazajistán—ahora desacreditó a la empresa mexicana Rivada, que había cubierto todos los requisitos, más el de cobertura amplia, para adjudicarlo al funambulesco Consorcio Altan, que sólo en su casa lo conocen, pero donde están metidos oscuros intereses extranjeros y locales.
El clásico sabadazo en la adjudicación del contrato
Si los toluquitas habían prometido en sus documentos y en la voz de sus jilgueros en las cámaras de Senadores y Diputados que la reforma estructural en telecomunicaciones era para asegurar los beneficios del espectro radioeléctrico, y la cobertura universal de las políticas de inclusión digital, esta adjudicación demuestra que las intenciones van por otro camino, muy distinto y contradictorio.
El pasado 17 de noviembre, principio del “buen fin” del año, inicio del túnel informativo adecuado por el puente vacacional, fieles al principio del sabadazo, los miembros del comité de adjudicación asestaron la puñalada mortífera a la única estructural que le faltaba comprobar a cielo abierto y con el desaseo correspondiente: la inutilidad pública de las reformas del peñato y el fracaso total del llamado Pacto por México.
La muy escasa transparencia de SCT e Ifetel
Sólo que se trata de aprovechar una infraestructura que a usted y a mí, nos ha costado la muy respetable cantidad de siete mil millones de dólares y, si esto fuera poco, la adjudicación del güero de rancho Ruiz Esparza a un consorcio fantasmal terminará financiándose con nuestros impuestos, toda vez que Altan está capitalizada por la banca estatal, como está suficientemente comprobado.
El Consorcio Altan, construido ex profeso por los socios mayoritarios, la casa Morgan Stanley, de Nueva York, y el Fondo México – China, que administra fondos presupuestarios de mexicanos por una suma nada despreciable de 1 mil 200 millones de dólares; y como socios minoritarios al IFC, brazo financiero del Banco Mundial, y al coyote español, nacido en Cartagena, Eugenio Galdón Brugarolas, quien –de acuerdo a la Wikipedia— “dirigió algunos de los mayores grupos de comunicación españoles (Cadena Ser, Grupo Prisa, Cadena COPE). Desde 1992, es presidente y accionista mayoritario de Multitel, grupo empresarial que él mismo fundó para invertir en proyectos relacionados con medios de comunicación y telecomunicaciones en España siendo ONO, vendida en marzo de 2014 a Vodafone por 7.200 millones de euros, el resultado más evidente de este esfuerzo inversor.” Todos ellos auspiciados con recursos provenientes de impuestos nacionales, serán los beneficiarios de este nuevo negocio de los toluquitas.
Desde luego, ni el flamante Instituto Federal de Telecomunicaciones, ni la Secretaría de Comunicaciones y Transportes transparentaron jamás quiénes eran, ni lo que representaban los ganones de los contratos adjudicados. Mucho menos, quiénes los iban a financiar en sus gestione$.
Un “bisne” con dinero de Afores y de nuestros impuestos
Cuando se dieron cuenta que la empresa mexicana Rivada no estaba manca e iba a interponer ante tribunales federales todo tipo de juicios e inconformidades en defensa de la violación de sus garantías, El Actor, como gusta que lo apoden el güero de rancho que dizque por su parecido con Richard Gere, respondió molesto que la agraviada era su Secretaría, por el desatino de ser acusada de parcialidad delictuosa.
¡El burro hablando de orejas! Basta leer las minutas de las sesiones que mandó fabricar en el flamante Instituto Federal de Telecomunicaciones para enterarse de cómo cargaron los dados para favorecer a Miguel Escobedo y Eugenio Galdón, los coyotes de la transnacional Altan.
En la reproducción de las sesiones, se constata que el Consorcio Altan está integrado por accionistas que buscan servirse de dinero que desafortunadamente controla el gobierno y que proviene, en gran medida, de impuestos y de las afores sustraídas a los trabajadores mexicanos, hoy en bancarrota.
Hablamos de fondos presupuestarios de Nacional Financiera, que hoy dirige el experto salinista en saqueos a los trabajadores y ahorradores, Jacques Rogozinski, de ingrata memoria para la empresa paraestatal mexicana, a la que remató y subastó en precios ridículos, desmantelando el aparato público.
Bancomext, que para todo ha servido, menos para impulsar el comercio exterior, capitaneada por Alejandro Díaz de León; Banobras, que dirige Abraham Zamora (como usted podrá ver, dos personitas que no tienen absolutamente nada que defender, menos qué perder), y el Fondo China- México, que succiona un tal César Urrea (?), pero que maneja 1 mil 200 millones de dólares en cash ¡de los cuales ya había invertido 200 millones en Citla Energy!
Vía Índice Político