Por: Redacción
Con la llegada de este May the 4th, el día intergaláctico de Star Wars, se celebran 40 años de que La Guerra de las Galaxias sacudió al mundo con lo que algunos consideran el más reciente mito de la humanidad. Naturalmente los mitos han perdido fuerza con la llegada de la ciencia y la razón, y la mitología pasó de ser una manera aceptada de explicar el mundo y sus orígenes a formar parte de la ficción que alimenta las tradiciones de los pueblos y la cultura pop que consumimos. Parte de las consideraciones de Star Wars como un mito surgen de leerlo a través del análisis del Monomito de Joseph Campbell, que incluso George Lucas menciona como inspiración para la primera película, sobre todo con respecto a sus temas y estructura, y que han sido desarrollados con diferentes grados de profundidad como se puede ver aquí y aquí. Además de esta comparación con los mitos de la humanidad a partir de sus componentes, creo que hay dos puntos más que podrían acercar a Star Wars al nivel de un mito: 1) Que es resultado de una tradición que abarca a varios autores, y 2) que su historia está sujeta un proceso de canonización.
La autoría del mito
Después de que Star Wars se estrenara, se volvió claro que mi historia, independientemente de la cantidad de películas que necesitara para ser contada, era sólo una de las miles de historias que podían ser contadas de los personajes que habitan su galaxia. Pero estas eran historias que yo no estaba destinado a contar. En vez de eso, saldrían de la imaginación de otros escritores, inspirados por el breve vistazo de una galaxia que Star Warsofrecía. Hoy, el hecho de que tantos y tan talentosos escritores contribuyan con nuevas historias para la saga resulta en un legado a la vez inesperado y sorprendente.
―George Lucas, introducción a Splinter of the Mind’s Eye, 1996
En el caso del primer punto, es claro que la idea de La Guerra de las Galaxias salió de la mente de George Lucas, pero muy pronto éste se encontró rebasado por el universo que había descubierto, y comenzó a delegar a otros escritores la creación de historias que abarcan desde 37 siglos antes de Una Nueva Esperanza hasta 136 años después de El Retorno del Jedi. De manera más reciente, cuando Lucas, para alivio de todos, cedió la dirección de Star Wars a Kathleen Kennedy, ésta creó el Lucasfilm Story Group, que está encargado de generar, supervisar y validar todas las nuevas tramas de este universo.
Subtítulo Ah… pero pregúntenme los nombres de los Niños Héroes
De manera similar, encontramos que los grandes mitos de la humanidad no han sido producto de un solo autor, sino del trabajo colaborativo de varios a través de distintas generaciones. Ejemplo de esto es la polémica sobre si la Ilíada y la Odisea son producto de una sola persona, Homero, o si éste es el nombre dado a un grupo de poetas que fueron compilando la tradición oral que contaban. Problemática similar aparece con el Corán, la Biblia, y el Popol Vuh, cuya autoría no puede ser atribuida sólo un individuo, sino a una cadena de autores.
En el caso de Star Wars, sus nuevos poetas se han cultivado en esta tradición, pues todos fueron, antes que nada, fans de la Saga, y se han transformado en portadores de una historia que se extiende a través de distintos medios como el cine, la literatura, los cómics, los videojuegos, etc. De esta manera han replicado el trabajo de los antiguos poetas, que mantuvieron con vida los mitos de su cultura a través de sus palabras.
La conformación del canon
La acción más relevante (y polémica) de los primeros años de existencia del Lucasfilm Story Group fue mandar al diablo todo el Universo Expandido, y agruparlo bajo el nombre de Leyendas, dando carpetazo final a debates como si la muerte de Chewbacca era canon o no.
Afortunadamente todo fue una pesadilla, y el querido Wookie sigue arrancando brazos por la galaxia…. por ahora…
El proceso de canonización que sufrió La Guerra de las Galaxias provocó que, si bien varias de las historias del Universo Expandido siguen re-editándose en cualquiera de sus medios, pues existen verdaderas joyas como los arcos narrativos del KOTOR, éstas ocupen una categoría menor, casi como rumores, siendo los únicos sobrevivientes de esta purga los seis episodios de la Saga y la serie animada The Clone Wars (no confundir con la de Tartakovksy). Partiendo de aquí, todas las historias generadas por esta administración de Star Wars serían canon (Rogue One, The Force Awakens, Rebels y lo que se acumule esta semana), serían la nueva norma. A pesar de esto, este grupo de escritores/Maestros Jedi ha comenzado a retomar lo mejor del Universo Expandido para traerlo a su nuevo canon, como indica la reciente aparición de Thrawn en Rebels, uno de los villanos más brillantes de la Saga.
Este tira y afloja entre canon y leyenda también se encuentra en los mitos de la antigüedad. Por ejemplo, Robert Graves menciona, en el caso de la mitología griega, que la búsqueda de Eurídice en el Tártaro por parte de Orfeo, a pesar de ser considerada una de las acciones más características de este personaje, fue resultado de una interpretación errónea de pinturas que mostraban a Dionisio en busca de su madre, Sémele. Así pues, distintas versiones del mito de Orfeo fueron descartadas, mientras que ésta fue legitimada hasta volverse el canon y formar el mito como lo conocemos actualmente, a pesar de que en esencia la historia era otra.
En Star Wars tenemos la oportunidad de observar un mito viviente, un privilegio que no cualquiera en la historia tiene, y que, a través de un análisis apropiado, podrá servir como punto de referencia para entender la cultura pop de occidente de finales del siglo XX y principios del XXI. Por desgracia, algún día, como todos los mitos, éste morirá, y las juventudes intergalácticas recordarán un dicho que decían sus abuelos, al parecer para desearse buena fortuna, pero que para ellos ya no tiene sentido.
Vía: Sopitas