Por Claudia Juárez Escalona
Los Juegos Olímpicos de Río generaron 1 millón 617,634 descargas de la app Claro Sports en smartphones, y el mayor tráfico de la página web se registró en México.
Los Juegos Olímpicos de Río generaron 1 millón 617,634 descargas de la app Claro Sports en smartphones, de las cuales, 1 millón 047,399 para Android y 570,235 en IOS.
El mayor tráfico de la página web se registró en México con 62.3%; seguido de Colombia con 11.3%; Argentina con 9.4%; Perú 3.6%; y Ecuador con 3.5 por ciento.
De acuerdo con datos de la empresa, las reproducciones de video, tanto en página web y apps, fueron de 91 millones, siendo el smartphone el más utilizado con 69%; en segundo lugar, la computadora con 22.1%; en tercero, las tabletas con 7.9%; y 1% otros. En total, se registraron 780 millones de minutos de video reproducido.
Así, el tráfico de la página web fue de 9.4 millones de usuarios y 49.5 millones de páginas vistas.
“Lo anterior constata que estos Juegos Olímpicos estuvieron enmarcados por la innovación y el amplio despliegue en infraestructura, comprobando que las audiencias están cambiando su forma de disfrutar eventos deportivos de carácter internacional”, dijo.
En redes sociales YouTube registró el número mayor de reproducciones de video con 120 millones de plays y 110 millones de minutos; Facebook 10 millones de reproducciones y 96 millones usuarios alcanzados; y Twitter 3.8 millones de reproducciones y 1.2 millones de minutos.
Previo a los Juegos Olímpicos, José Aboumrad, director general de Claro Sports, dijo que la apuesta de la empresa era que los juegos Olímpicos Río 2016 fueran los más vistos en la historia.
La transmisión fue abierta para todos los usuarios móviles, no sólo para usuarios de Telcel.
De acuerdo con datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones, hasta el cuarto trimestre de 2015, el número de suscripciones de telefonía móvil llegó a 107.7 millones, de los cuales Telcel concentra 68% del mercado, Telefónica 23.1%, AT&T 8.1% y los operadores móviles virtuales 0.8 por ciento.
vía El Economista