Por Hugo Gonzáles
Si no aprendemos a jugar derecho, cualquier trumpetero nos restregará en la cara que somos un lastre. Si seguimos apostando a la economía de cuates y a sacar tajadas o moches de los contratos con el gobierno seguiremos en el lodo. Y como dijo el Divo de Juárez: Pero qué necesidad. Tan emocionante son las competencias cerradas en que el mejor jugador es el ganador.
Es que, como se pronosticó desde hace días, el gobierno de Guanajuato declaró desierta su licitación para la compra de medicamentos. Como sabes, se trata además de material médico y su reparto en hospitales del estado. Me informan que descalificaron por precio a Intercontinental y Dimesa, y a El Fénix porque faltaron cartas de apoyo de laboratorios.
La licitación ya se había movido de fechas, lo que levantó sospechas sobre la posibilidad de declararla desierta como el año pasado. Pero persiste la duda, pues en una de esas se realiza un concurso a modo, perdón, por invitación.
Ese es un mecanismo que se ha usado para adjudicar contratos directos o para firmar prórrogas de los mismos. Esto, además de injusto, es una aberración, en medio de los recortes para ahorrar recursos.
Pero en dependencias como la Comisión Nacional del Deporte también hay casos raros. Se trata de una adjudicación histórica a la Universidad Autónoma de Hidalgo durante seis años. Es un contrato de casi 200 millones de pesos, del cual luego te doy detalles, pero implica servicios de tecnología. Éstos están contratados bajo el concepto “Centro de Atención Tecnológica”. Qué raro.
Y el colmo del agandalle es la licitación (declarada desierta hace días) de laptops solicitadas por el Conacyt. Allí los concursantes se quejaron de que el equipo solicitado no existía en el mercado, pero ¿qué crees? Me dicen que sí existe, pero que solo lo tiene Apple. O sea, que los exquisitos querían trabajar en macbooks, cuyo costo se duplica respecto a equipos similares. Por eso creo que en el tema de las licitaciones se puede ser puercos, pero no trompudos.
Costos de la industria
Se dijo que tener mayores inversiones y mejores tarifas en el sector telecomunicaciones son un indicativo de una mayor competencia. Sin embargo, ¿por cuánto tiempo? Van unos datos: los operadores de este sector en México perciben 38 por ciento de los ingresos que genera el mercado. Solo recuperan 12 por ciento de la inversión en el llamado ecosistema digital. Si no existe un piso parejo para competir, los operadores podrían perder el gas con el que entraron. El lento ritmo de desconcentración genera un círculo vicioso donde los usuarios son los principales afectados. Aguas.
Vía Milenio